El año pasado, en 2006, el Estado marroquí pidió realizar un estudio sobre la demografía en Marruecos a dos expertos reconocidos, el politólogo Emmanuel Todd y al demógrafo Youssef Courbage.Dichos autores no han publicado los resultados aún, aunque el periódico Le Journal Hebdomadaire publicó recientemente algunas conclusiones del estudio.
Como datos a destacar, el estudio, titulado “Revolución cultural en Marruecos: el sentido de una transición demográfica” afirma que “el islamismo no es más que algo coyuntural y que la democracia es una exigencia”.
Transición demográfica
El estudio pilla a contrapié los prejuicios del régimen y de ciertas élites de la sociedad marroquí. Uno de los autores del estudio, E. Todd, es mundialmente famoso por haber predecido la caída de la Unión Soviética, mediante su análisis demográfico.
En el análisis, los autores tratan de medir las consecuencias sociales, culturales y políticas de la transición demográfica marroquí. Comienzan por definir el proceso de modernización social a través de la bajada del índice de fecundidad (de 5,5 hijos a 2, 5 por mujer, entre 1982 y 2004) y de la tasa de analfabetismo.
Como consecuencia de este descenso demográfico (ligado a la crisis de los años 70, al aumento de la alfabetización masculina y a la inmigración fuera del país) se producirá “la ruptura de una ideología patrilineal y de prácticas patrilocales, que hasta el momento estructuraban la vida familiar marroquí”, apuntan los autores. Es decir, al tener menos hijos, las posibilidades de tener un hijo varón disminuyen y “se tenderá a igualar el estatus masculino y femenino”, lo cual implica un acceso más abierto a las mujeres al ámbito laboral.
Preparados para la democracia
Por otro lado, los autores destacan las particularidades de Marruecos en relación con el resto del mundo árabe como parte de esta evolución social. Estas particularidades demuestran que Marruecos está hoy mejor preparado para una abertura política, que no quiere creer la monarquía ni las élites apegadas a mantener el statu quo.
Emmanuel Todd y Youssef Courbage explican, mediante el indicador de la tasa de endogamia, que Marruecos no seguirá la trayectoria política de Túnez, cuyo sistema “militar-feminista” estaría ligado a una tasa de endogamia del 36%. El matrimonio entre primos u otros familiares es mucho más bajo en Marruecos (el 25 %) que en el resto del mundo árabe.
Junto a ello, los autores mencionan el multilingüismo (el 70 % de los marroquíes hablan más de una lengua) y la bajada de fertilidad, ambos relacionados entre sí, ya que donde se habla más de un idioma hay menor tendencia a la procreación. Por otro lado, el estudio precisa que “no hay un fondo antropológico o étnico distinto entre los árabes y los bereberes en Marruecos”.
Consecuencias de la inmigración
Los análisis de Todd y Courbage afirman que la demografía de las provincias sujetas a la migración internacional se ha transformado más rápido que en otras provincias en donde la inmigración es menos palpable. Las familias que viven en un contexto rural han experimentado cambios al “transferir valores más modernos” llegados de su familiar inmigrado hacia los países occidentales.
La evolución de Marruecos es distinta a otros países árabes
En comparación con el caso algerino, tunecino e iraní, los autores de este estudio demográfico inciden en que la evolución marroquí no corresponde a la de los otros países árabes estudiados. De hecho, predicen una evolución económica y social radiante para Marruecos en los próximos 25 años, debido a la trayectoria demográfica “producida casi contra el régimen”. Con las tasas de alfabetización previstas en torno al 4% para los hombre y el 8% para las mujeres en 2025-2030, la población “será más apta a nivel profesional y limitará su fecundidad”.
Debido a esto, el sistema educativo marroquí mejorará y disminuirá la fuerte presión sobre el mercado de empleo. En palabras de los expertos de este estudio “la ventana demográfica de oportunidades que se abre para Marruecos en los próximos 25 años se debe a la combinación de un crecimiento demográfico fuerte en el pasado pero moderado en la actualidad”.
Tensiones hasta 2013
Las advertencia al régimen, dentro de este estudio, no se centra sólo en su capacidad institucional para optimizar esta evolución, sino en los riesgos que representa la comentada transición demográfica, refiriéndose a las frustraciones sexuales de los solteros entre 20 y 30 años que, en la actualidad, son 1,3 millones, así como el reajuste laboral durante los seis próximos años. El rey de Marruecos, Mohammed VI deberá fomentar espacios de debate político para lograr una verdadera responsalibilidad por parte del Parlamento y los partidos políticos.
De cara a esta evolución, surge la pregunta ante la posible reacción del régimen marroquí. Mohamed El Ayadi critica la dimensión determinista del estudio de Courbage y Todd, pero es difícil ignorar los datos que contiene. La monarquía habla de democracia, pero parece que, según afirma el periódico Le Journal Hebdo, “trata al pueblo marroquí como si no tuviese el derecho y la madurez necesaria como para decidir sobre su destino”. El rechazo a abrir el debate sobre una reforma constitucional para dar mayores prerrogativas al Parlamento, así como su voluntad reciente de vaciar de sentido las elecciones, lo atestiguan.
Como dato significativo, el periódico menciona un informe realizado en 2001 por el universitario Rahma Bourquia y supervisado por Meziane Belfkih. Dicho informe muestra que el 82, 7 % de los marroquíes piensan que “tener un líder fuerte que no se preocupa por el Parlamento y las elecciones es un mal sistema de gobierno”.
(06/06/07)