Según informan fuentes oficiales a la agencia marroquí MAP, este acuerdo de extradición aprobado el pasado 24 de agosto se debe a la solicitud de las autoridades marroquíes, que recibirán a Zeharaui después de que este fuera arrestado el 29 de junio en la localidad de Santa Coloma, cercana a Barcelona (capital de Cataluña).
El informe del Consejo de ministros español que ha anunciado la extradición precisó que Zehraui no sólo actuaba en este país en el marco de la “Célula de Cataluña”, sino que mantenía relaciones con la organización yihadista “Al Qaeda en el Magreb”, antiguo Grupo Salafista (yihadista) para la Predicación y el Combate (GSPC argelino) que ha ido incorporando en los últimos años a otros grupos islamistas radicales, como el “Grupo Islámico Combatiente Marroquí” (GICM).
Desde los atentados terroristas de 2003 en Casablanca, las investigaciones han revelado la existencia de grupúsculos violentos, como “Justa Vía”, “Excomunión y Exilio”, y “Salafiya Yihadiya”, que forman parte de un movimiento yihadista global de raíces salafistas radicales que apoyan la violencia como método para conseguir sus objetivos.
En este sentido, muchos de los movimientos islamistas radicales que apoyan la violencia están ligados a la organización Al Qaeda, que promueve un yihadismo global y ha asentado parte de sus bases en el Magreb, como muestra el grupo Al Qaeda en tierras del Magreb islámico.
En el momento de su arresto, el marroquí Abdelatif Zehraui estaba preparándose para incorporarse a los campos de entrenamiento de esta organización, afirman fuentes oficiales españolas. Estos hechos son constitutivos, según la legislación marroquí relativa a la lucha antiterrorista, del delito de formación de una asociación criminal para preparar y ejecutar actos terroristas y atentar contra el orden público, así como del delito de pertenencia a una organización terrorista, según el Código penal español.
Junto a Zehraui, otros tres miembros de la misma célula de Cataluña han sido detenidos en Barcelona.
En la actualidad, desde 2005, se han identificado un mínimo de cuarenta organizaciones yihadistas locales, distribuidas por todo el mundo, pero sobre todo en tres grandes focos de acción: Afganistán, Irak y el Norte de África.
La detención de miembros de estos grupos, como el caso de Zehraui, frena la gestión y organización de éstos. Sin embargo, la capacidad de readaptación y continuidad, gracias al apoyo de Al Qaeda y al uso de las nuevas tecnologías, junto al contexto social de subdesarrollo de la población (sobre todo en las periferias de las grandes urbes), apuntan a que estos grupos yihadistas van a ser difíciles de erradicar.
(27/08/07)