La última vez que se reunieron los representantes del Gobierno marroquí y del Frente Polisario fue el pasado mes de marzo, en la cuarta ronda de negociaciones directas propiciada por Naciones Unidas para la resolución del contencioso del Sáhara Occidental.
En ese momento, a pesar de las negociaciones, el pesimismo empezaba a sobrevolar en la cabeza de todos los implicados, ya que no se producía ningún avance significativo desde que comenzaron las reuniones en junio de 2007. De hecho, el último informe emitido por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, remarcaba que las partes implicadas en el conflicto "permanecen alejadas sobre los medios de llegar a una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptable".
El último capitulo sobre el conflicto del Sáhara Occidental se empezó a escribir el pasado viernes, con la resolución de Naciones Unidas, cuyo proyecto había sido adoptado, sin votación, en octubre pasado, por su IV Comisión.
En esta resolución la Asamblea general de la ONU "apoya el proceso de negociaciones iniciado por la resolución 1754 del año 2007 y apoyado por las resoluciones 1783 (2007) y 1813 (2008) del Consejo de seguridad, con el fin de llegar a una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable" a este conflicto.
Asimismo, se felicita por "el compromiso de las partes a seguir haciendo prueba de voluntad política y de trabajar en una atmósfera propicia para el diálogo con el fin de entrar, de buena fe y sin condiciones previas, en una fase de negociaciones más intensiva, y tomando nota de los esfuerzos desplegados y de las nuevas evoluciones registradas desde 2006, y de garantizar así la aplicación de las resoluciones 1754 (2007), 1783 (2007) y 1813 (2008) del Consejo de seguridad y el éxito de las negociaciones".
En definitiva, la Asamblea general de la ONU reitera su postura de observador e intenta dar un empuje a las negociaciones, para que finalmente tenga lugar la quinta ronda, invitando a todas las partes a "cooperar plenamente con el secretario general de la ONU y su enviado personal, y entre sí".
Una resolución que, al fin y al cabo, no aporta nada nuevo. Mientras que el Frente Polisario y el gobierno marroquí no se muestren más flexibles a la hora de definir soluciones al conflicto, la situación en el Sáhara seguirá estancada. Además, aún no se ha nombrado al nuevo enviado personal de la ONU para los asuntos de este conflicto, tras la no renovación del cargo a Peter Van Walsum; cuyas últimas declaraciones eran de un cariz más pro-marroquí que neutro.
Un candidato que parecía que iba a ocupar el puesto de Van Walsum en septiembre es el diplomático estadounidense Christopher Ross, de 65 años, que fue embajador en Argelia y Siria. Sin embargo, el nuevo enviado especial no se ha hecho oficial, y puede deberse a que Marruecos no da su acuerdo mientras no se le garantice que la negociación se retoma con el planteamiento de Van Walsum.
Según informa la agencia marroquí MAP, la iniciativa marroquí de convertir la zona en una provincia autónoma de Marruecos es vista por la ONU como parte de la "dinámica registrada para superar el impasse y llegar a una solución definitiva de esta cuestión".
Asimismo, la agencia estatal marroquí "recuerda" al lector que "Argelia había buscado en vano a hacer pasar una resolución que ignora las últimas evoluciones registradas en el expediente del Sáhara, haciendo caso omiso a las resoluciones 1783 y 1813 del Consejo de seguridad"; y que finalmente tuvo que"aceptar las enmiendas deseadas por Marruecos con el apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos y gran número de países africanos, asiáticos y latinoamericanos".
Desde Marruecos, el ministro marroquí de Exteriores y de Cooperación, Fassi Fihri, afirma haber "entrado en un diálogo con la ONU con el fin de vencer los obstáculos y garantizar la aplicación sana de las resoluciones del Consejo de seguridad que apoyan la propuesta marroquí".
En este sentido, Fassi Fihri apunta que "Marruecos no se quedará con los brazos cruzados, ni tampoco aceptará que su proceso democrático y de desarrollo se vea supeditado a los cálculos y maniobras de otras partes".
Es decir, que Marruecos sigue estático y sin señal alguna de flexibilidad. O se dialoga desde la perspectiva de la autonomía, o no se dialoga.
Desde la agencia Sáhara Press Service no se menciona la última resolución de la ONU, pero se recoge el mensaje del líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, dirigido al secretario de Naciones Unidas, al que insta a "intervenir para imponer las sanciones necesarias a los criminales responsables del asesinato del pasado lunes de dos estudiantes saharauis en Agadir", tras una "reunión pacífica en la que se pedía transporte para ir a los territorios del Sáhara Occidental con ocasión de la Fiesta del Cordero. En este sentido, Abdelaziz ha escrito a Ban Ki-Moon que "el gobierno marroquí debe asumir su entera responsabilidad en este crimen".
De momento, Marruecos juega a ganar puntos a nivel diplomático para que la proposición de autonomía sea considerada como la "única vía posible" para resolver el conflicto del Sáhara Occidental; y el Frente Polisario rechaza esta propuesta, puesto que no se contempla el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui para votar si se desea autonomía o independencia.
En este punto de no avance, la ONU aprueba una resolución que no hace sino repetir el mismo discurso desde hace un año y medio. Quizás esta iniciativa de Naciones Unidas sirva para que el conflicto no se olvide de la agenda internacional, para que a principios de 2009 se nombre definitivamente un nuevo enviado personal para los asuntos del Sáhara, y para que la quinta ronda tome cuerpo…aunque a nivel general el escepticismo sea la tónica dominante.
PTZ
(08/12/08)