"Al concluir esta cuarta ronda de negociaciones las partes reiteran su compromiso de continuar negociando en Manhasset en una fecha que se ha de determinar de común acuerdo", aseguró el enviado especial de la ONU para el Sahara, Peter van Walsum.
La tendencia al estancamiento general sobre la solución al conflicto del Sáhara Occidental fue confirmada, otra vez, por Van Walsum, que declaró al concluir la cuarta ronda de conversaciones que ambas delegaciones no lograron sacar este diálogo del estancamiento en que permanece y que ambas partes “se centraron en la implementación de las resoluciones del Consejo de Seguridad".
“También discutieron asuntos como administración, justicia y recursos", añadió sin ofrecer detalles sobre la posición asumida por ambas partes durante estos dos días de diálogo.
"Entre muchas propuestas se trató de ampliar las medidas que atribuyeran confianza, hubo un acuerdo entre las partes para estudiar la instauración de un régimen de visitas familiares por tierra, lo que se agregaría al programa aéreo existente," dijo Van Walsum.
Marruecos y el Frente Polisario han celebrado cuatro rondas de diálogo, iniciadas desde junio pasado, tras la resolución 1754 de la ONU en abril que instaba a ambas partes a entablar conversaciones “sin condiciones previas y de buena voluntad”.
Sin embargo, en cada encuentro se ha hecho patente la rigidez de las proposiciones por ambas partes. La delegación marroquí encabezada por el ministro de interior Chakib Benmusa no mostraba cambio alguno, al finalizar esta cuarta cita, en considerar como únicamente válida su propuesta de autonomía para el Sahara Occidental bajo su soberanía. A su vez, la delegación del Frente Polisario, dirigida por Mahfud Ali Beiba defendió la celebración de un referendum de autodeterminación que permita al pueblo saharaui elegir libremente entre la independencia y la autonomía que ofrece Marruecos.
“La delegación marroquí ha venido a Manhasset para decir una vez más que no puede negociar más que la proposición (de autonomía) que prejuzga un reconocimiento de la “marroquinidad” del Sahara Occidental", se lamentó el jefe de la delegación saharaui, Mahfud Ali Beiba.
"Como han hecho todos los planes de paz precedentes aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU, el Frente Polisario considera que la celebración del referéndum de autodeterminación es posible y que debe incluir al menos dos opciones", entre ellas la independencia, añadió Ali Beiba en esta cuarta ronda a los medios de comunicación.
La delegación del Frente Polisario "está firmemente convencida de que el proceso de referéndum puede y debe ser reactivado, siguiendo las direcciones y las fases claramente detalladas en el Plan de Arreglo (de la ONU de 1990), en los Acuerdos de Houston (1997) y en el Plan Baker" (2003), indicó.
Por su parte, el ministro de Interior marroquí, Chakib Benmusa, recordaba al término de esta cuarta ronda el “juego” de Argelia en el proceso de negociación de Manhasset, afirmando que el Polisario “no tiene autonomía de decisión” puesto que “se deja manipular” por el poder de Argel.
“Marruecos espera de los representantes del Polisario que demuestren si son un partenariado capaz de asumir sus responsabilidades, realista en sus reivindicaciones y capaz de contribuir a la reconciliación”, declaró Benmusa ante Peter van Walsum y los representantes del Frente Polisario y las delegaciones observadoras de Mauritania y Argelia.
Por otro lado, Benmusa insitió en que “la solución realista, honorable y equitativa para todos no puede concevirse fuerta del marco de la autonomía, toda la autonomía y nada más que la autonomía”, al tiempo que llamaba a las otras partes a aceptar esta “ocasión histórica para pasar página del pasado”.
Visto que las posiciones siguen iguales, la cuarta ronda no ha dado muchos frutos hacia el futuro de la solución del Sáhara. Aunque, sí hay que destacar que al menos ha conseguido volver a poner en boca de las partes implicadas su interés por una quinta cita, lo que aplazaría las acciones armadas de las que tanto se ha amenazado por parte del Polisario, con la respuesta marroquí.
La cuestión es observar si, aunque no se da un paso hacia delante, no se dan pasos hacia atrás. Sin embargo, Van Walsum, que visitó en febrero la región, manifestó su poca esperanza en encontrar ahora una solución a este conflicto que dura más de 32 años.
(23/03/08)