(12/01/12).- El Gobierno islamista encabezado por el primer ministro Abdelilah Benkirán ha nombrado a sus ministros. El Ministerio de Exteriores está encabezado por Saad Edine Othmani y el de Justicia, por Mustafa Ramid, que pertenecen al islamista PJD, vencedor en las elecciones del 25 de noviembre. Por su parte, la cartera de Interior la encabeza Mohand Laenser, del MP.
El ministro del Interior es Abdellah Baha y el encargado de la cartera de asuntos islámicos es Ahmed Toufiq. Driss Dahak es secretaria general del Gobierno. Nizar Baraka ocupa la cartera del Ministerio de Economía y Nabil Benabdellah la de Hábitat y Urbanismo. El extenso Gobierno se completa con Aziz Akhannouch, ministro de Agricultura y Pesca; Mohamed El Ouafa, en Educación; Lahcen Daoudi se ocupa de la Enseñanza Superior y de Investigación; Mohamed Ouzzine, ministro de Juventud y Deporte; Aziz Rabbah, de Fomento y Transporte; El Hossein El Ouardi, en Sanidad; Mustafá El Khalfi, ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno; Fouad Douiri, de Energía, Agua y Medioambiente; Abdelouahed Souhail, ministro de Empleo; Abdelkader Aâmara, ministro de Industria, Comercio y Nuevas Tecnologías; Lahcen Haddad, ministro de Turismo; Bassima Hakkaoui, ministro de Solidaridad, Mujer, Familia y Desarrollo Social; Mohamed Amine Sbihi, en Cultura; Abdessamad Qaiouh, de la cartera de lo Artesanal; Lahbib Choubani a cargo de la cartera de Relaciones con el Parlamento y la Sociedad Civil.
Las reacciones en los medios de prensa españoles y marroquíes son variadas:
Anwar Zibaoui, experto en temas árabes y mediterráneos, escribe en El Periódico que:
"Marruecos, en comparación con la agitación que sacude gran parte de la región, se ha convertido en el primer país del Magreb en acordar un programa de reforma constitucional y realizar elecciones limpias a pesar de la participación de solo la mitad del censo, ya que el resentimiento de los votantes hacia la élite política es real, y los activistas del Movimiento 20 de Febrero invitaron al boicot"
" La experiencia de Marruecos pone de manifiesto que hay otra manera de tratar de implicar a los partidos islamistas en lugar de enfrentarse a ellos. Creando una atmósfera democrática que les permite ser socios en la responsabilidad, que la gente pueda comprobar su capacidad de gobernar. La mayoría votó por el PJD por ser una fuerza políticafuerte y con una reputación limpia. Y están dispuestos a darle tiempo para probarse a sí mismo más allá de los eslóganes de la calle. Esa es la novedad de una experiencia sin precedentes."
" La nueva Carta Magna no puede por sí sola transformar la sociedad. Su grado de éxito o la regresión del proceso dependerán de la capacidad de la clase política de ocupar su espacio y equilibrar la relación con la monarquía. Es una carta de navegación para edificar el Marruecos del mañana, a pesar del presente nublado y un entorno tormentoso. La calle ha expresado sus aspiraciones y el palacio está abriendo sus puertas incorporando savia nueva. Se muestra dispuesto a escuchar el pulso de la calle actuando con rapidez. Ha empezado una transición. Los marroquís son conscientes de que las cosas podrían escapárseles de las manos, así que hay un mayor grado de paciencia y más deseo de cambio gradual y progresivo. Saben que es el comienzo de un largo proceso como lo fue la transición española, el espejo donde más miran."
Para el diario El País se trata de un
[url=http://www.elpais.com/articulo/opinion/Tira/afloja/Rabat/elpepiopi/20120108elpepiopi_3/Tes]
"Tira y afloja en Rabat"[/url]:
"Una nueva era comienza en Marruecos. Por primera vez en su historia el país tendrá un Gobierno presidido por un islamista, Abdelilá Benkiran, jefe del Partido de la Justicia y el Desarrollo, como consecuencia de su victoria en las recientes elecciones. Pero será un Gobierno de coalición, en el que ocupa el segundo lugar el histórico Istiqlal, con seis carteras contra 11 del PJD, en un equipo de 30 ministros. La monarquía ha cedido algunas de sus prerrogativas, pero reforzado al mismo tiempo su capacidad de acción ministerial. Lo que va a ser un prolongado tira y afloja entre la mayoría islamista de la opinión y la monarquía ha comenzado. Ante la presión de la primavera árabe Mohamed VI ha sabido soltar lastre, lo que es positivo para un Marruecos que, con salvedades aún considerables, va hacia la democracia. Pero el rey no tiene demasiada prisa.
Asuntos Exteriores e Interior, que eran de designación directa del monarca, están ahora, respectivamente, en manos de un islamista y de un representante del berberista Movimiento Popular, y Justicia le ha tocado a otro islamista, Mustafa Ramid, feroz crítico de la institución monárquica. El rey sigue nombrando a los titulares de la secretaría general del Gobierno, Defensa y Asuntos Religiosos, ha colocado a hombres de palacio como ministros adjuntos en Exteriores e Interior y, al aumentar los consejeros de circuito cerrado -pasa de 6 a 11-, nadie puede engañarse sobre la extensión de sus poderes de hecho, un equipo de vigilantes por cuenta del rey de todo lo que haga el Gobierno.
"El eventual éxito de la nueva fórmula, con el islamismo homologado a la cabeza, sería una garantía de apaciguamiento de la calle. Y, contrariamente, el fracaso del Gobierno no haría sino dar alas a la agitación popular. El Gabinete de Benkiran, convertido en una permanente mesa de negociación política, juega una partida compleja y arriesgada. Mohamed VI lo sabe, pero cree aún tener las mejores cartas."
Karim Boukhari titula "Democracia Cero" su
[url=http://www.telquel-online.com/504/edito_504.shtml]editorial en TelQuel[/url] y subraya claramente que
La composición del nuevo Gobierno "no deja lugar a dudas", "la monarquía acaba de agrandar aún más la fosa que la separa de la democracia. […] no ha renunciado ni a sus ministerios de soberanía (5 de 30) […], ni a sus ministros delegados que le sirven de centinelas destacados en puestos clave".
"Nos encontramos ante la renovación de un modus operandi que conocemos demasiado bien: la monarquía gobierna sin repartir, directamente o a través de los hombre que ha escogido con cuidado; y la volunta popular, encarnada en los patidos políticos vencedores en las elecciones, se mantiene atada en corto ad vitam æternam. Este esquema autoritario y anti-democrática no recoge en absoluta la nueva realidad generada por la Primavera árabe, que ha devuelto a la voluntad popular la fuente del poder. Este esquema, por tanto, nos aleja aúm más de la democracia".
"Si la monarquía ha impuesto sus maneras y sus puntos de vista es porque enfrente el PJD lo ha aceptado. Los islamistas acaban de cometer un grave error estratégico, traicionando la confianza de una parte de sus electores y retando a un pulso que se augura desequilibrado a la monarquía. ¿Por qué se han sometido tan dócilmente? Por varias razones; la primera es que están encantados de haberlo conseguido, aunque sea a medias. La segunda, porque creen haber obtenido, con la nominación de sus líderes principales (y concretamente con Mustapha Ramid en la cartera de Justicia), una contrapartida valiosa. La tercera, como el USFP de Youssoufi en 1998, están convencidos de servir a los “intereses superiores de la nación”, de que decir no al rey y retirarse del Gobierno hundiría al país es una profunda crisis política. En resumen, se han sometido porque consideran que así actúan bien. Se han equivocado".
"En realidad, los islamistas acaban de poner en peligro la credibilidad de su partido al cortarse tan fácilmente las alas, consolidando de paso un sistema profundamente anti-democrático".