En concreto, este domingo coincidirán la primera cumbre anual de ministros de Asuntos Exteriores y la primera cumbre bianual de jefes de Estado y de Gobierno. La primera se celebrará por la mañana y la segunda lo hará hacia las 15:30 horas y durará hasta las 18:30. Posteriormente, a las 21:00, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ofrecerá una cena a las delegaciones, que durará aproximadamente hora y media.
Esta cumbre, supone un híbrido que parte del anclado Proceso de Barcelona que se inició en 2005, en busca de dinamizarlo, desde la voz cantante de Francia tras la propuesta en 2007 de Sarzkozy.
Según fuentes del Ministerio español de Exteriores, “Barcelona es la centralidad, los cimientos; y la Unión por el Mediterráneo (UPM) un valor añadido, un nuevo pilar”; y a priori supone poner en común políticas entre los países europeos y de la ribera sur del mar Mediterráneo, lo cual conseguiría dinamizar toda la región de forma efectiva.
Pero lo que está claro es que el éxito de la convocatoria esta vez es evidente a diferencia de 2005, ya que asistirán más de 40 jefes de Estado y de Gobierno.
Los asistentes previstos y posibles ausencias
Debido a su importancia, contará con la presencia de jefes de Estado y de Gobierno. El embajador francés para la UPM (Unión por el Mediterráneo), Albert Le Roy, explicó en conferencia de prensa que por el momento de los 45 jefes de Estado a los que se había invitado a la cumbre de París han confirmado su asistencia 42.
Entre los asistentes, además de los 27 miembros de los de la Unión Europea, en la capital francesa han anunciado que estarán los líderes de Mauritania, Marruecos, Argelia (Abdelaziz Buteflika anunció que sí acudirá durante el encuentro bilateral de la cumbre del G8 en Japón), Túnez, Egipto, Líbano y Siria. Por parte de Israel, asistirá al encuentro el primer ministro, Ehud Barak, y también estará el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas.
El líder libio, Muamar el Gadafi, no asistirá finalmente, y tampoco el rey Abdalá de Jordania, que no podrá asistir por problemas de agenda (tiene programado un desplazamiento a Estados Unidos) y enviará a París a su primer ministro.
Tampoco está confirmada la presencia del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. Y es que, no hay que obviar que esta iniciativa de dinamización del proceso de Barcelona liderada por el presidente francés Sarkozy ha sido vista por muchos como una alternativa a la adhesión a la Unión Europea a la que aspira Turquía.
Los proyectos “en mente”
En este encuentro, según apuntó a la prensa Sendagorta, está previsto que se aprueben al menos seis proyectos generales cuyo desarrollo y financiación dependerán de cada caso.
Uno versa sobre la descontaminación del Mediterráneo mediante la instalación de plantas de tratamiento de aguas residuales en 43 puntos identificados por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y cuyo coste ha sido presupuestado por esta misma entidad en unos 2.000 o 3.000 millones de euros. A ese respecto, la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero Waldner, advirtió de que todos los fondos regionales europeos para los programas de vecindad están comprometidos ya hasta 2010, y que quedan por atribuir 525 millones de euros para el periodo 2010-2013. A eso se podrían añadir otras partidas de la política bilateral de vecindad.
Otro de los proyectos trata sobre la instalación de plantas termosolares en el Mediterráneo para ayudar a los países del norte de África interesados (entre los que destaca Argelia, pese a ser productora y exportadora de gas) a producir sus propias necesidades eléctricas y a exportar a la UE energía eléctrica "cien por cien procedente de energías renovables", explicó el embajador en misión especial para Asuntos del Mediterráneo.
Según las previsiones, se espera que en el año 2050 los países del sur de la Cuenca del Mediterráneo obtengan de estas plantas el 50 por ciento de sus necesidades de consumo eléctrico y exporten a la UE el 15 por ciento de la energía que se utilice en la Unión. El presupuesto previsto para todo ello de aquí a ese año es de alrededor de 350.000 millones de euros.
Como tercer proyecto se presentará el de la mejora de las infraestructuras de transportes y comunicaciones marítimas y terrestres; que junto a los otros dos ha generado un “especial interés por parte de las empresas españolas, muy interesadas en todo lo relacionado con el tratamiento del agua, tanto en su tratamiento como en la desalinización, con el desarrollo de los transportes y con la búsqueda de otras fuentes de energía renovables”, apuntó el embajador Sendagorta.
Un cuarto proyecto que se prevé aprobar es sobre protección civil, para que los países del Mediterráneo utilicen conjuntamente los medios disponibles para prevenir catástrofes. Asimismo, se aprobará la creación de la Universidad Euromediterránea, impulsada por Eslovenia durante su reciente Presidencia europea, y se fomentarán iniciativas para el desarrollo de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas mediante el fomento de mecanismos crediticios.
Los microcréditos, impulsado por España e Italia, y respaldado por Marruecos
En concreto, este proyecto ha sido impulsado por España, y cuenta con el apoyo de Italia y Marruecos, así como de otros países como Túnez, Argelia y Egipto; y es analizado por Francia con interés. Según Sendagorta, el objetivo de este sexto proyecto que se presentará el próximo domingo no es sino el de “ayudar a nuestros vecinos a crear empleo”, mediante el trabajo con bancos locales de cada país para promover los instrumentos de garantías y de gestión de riesgos a fin de animarles a conceder créditos y microcréditos a estas empresas.
Es decir; con esta iniciativa se pretende fomentar el empleo en países como Marruecos, Argelia y Egipto, como modo de reducción de la brecha existente entre las dos orillas del Mediterráneo.
Copresidencia entre Francia y Egipto
Uno de los aspectos reseñables de esta cumbre es que entrará por primera vez en funcionamiento el sistema de copresidencia, con un presidente para los países de la UE –que coincidirá siempre con la Presidencia semestral de la Unión en tanto no entre en vigor el Tratado de Lisboa– y un presidente para el grupo de países del sur que se basará en el consenso y no en un turno prefijado, para evitar problemas políticos, y que en estos dos primeros años corresponderá a Egipto.
Y es que, según el diplomático francés Le Roy, con la nueva iniciativa se pretende dar "un impulso político al más alto nivel" y un poder compartido con los países del sur del Mediterráneo gracias a la creación de dicha copresidencia en la que habrá uno de ellos junto a un Estado de la Unión Europea.
Por lo tanto, en un primer momento la presidencia debería recaer en Francia y Egipto.
Ambiente previo y futura sede
De momento, no está concluido el texto de la declaración final de esta cumbre, por algunas discrepancias importantes, como la relacionada con la crisis de Oriente Próximo. No obstante, según Sendagorta, hay un "ambiente suficientemente positivo" tras los últimos acontecimientos en la región (la tregua, ciertos avances sobre Líbano o Siria) que permiten esperar un acuerdo final.
Otro punto que sigue en el aire es la ubicación de la futura sede de la Secretaría de la Unión Euromediterránea, que se sabrá en el mes de noviembre. España pretende albergar esta sede en la ciudad de Barcelona; Marruecos también apuesta por ser el país elegido. Pero junto a España y Marruecos, están las candidaturas de Túnez, Malta e incluso Bruselas.
La agenda de Zapatero
En este marco, entre la cumbre de jefes de Estado y la cena que ha previsto el presidente francés, Nicolas Sarkozy, José Luis Rodríguez Zapatero mantendrá una serie de encuentros bilaterales al margen de la cumbre. De momento ya están prácticamente confirmados con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, con el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y con los presidentes de Polonia y Estonia, Lech Kaczynski y Toomas Hendrik, respectivamente, que han solicitado la entrevista, según indicó la directora del departamento de Política Internacional del Gabinete de Presidencia, Milagros Hernando.
Al fin y al cabo, una cita ineludible para los países del Mediterráneo, y de vital importancia para el futuro de la región. Un futuro que, si se cumplen las intenciones previas, contaría con los países del sur para darles el mismo protagonismo que a los países europeos.
(09/07/08)