(23/12/2010).- El desmantelamiento del campamento de Gdem Izik y los incidentes que le siguieron en la vecina ciudad de El Aaiún parecen haber desatado la psicosis de las autoridades marroquíes. Fuentes consulares y del Ministerio de Exteriores señalan que unos treinta ciudadanos treinta ciudadanos españoles fueron expulsados de Marruecos cuando trataban de entrar como turistas a través de los aeropuertos, por estar relacionados con el mundo de la comunicación.
Durante las cuatro semanas que ha durado el veto a periodistas, levantado oficialmente el 21 de diciembre, la mayoría de las expulsiones han tenido lugar desde el aeropuerto de la turística ciudad de Marrakech. Hasta la fecha, no se habían registrado limitaciones semejantes para la prensa española en territorio marroquí, que aún tiene el acceso restringido al Sáhara Occidental.
En el mes de bloqueo, se han registrado expulsiones de personas que no trabajan directamente en medios de comunicación, como el de Raquel Sanz, periodista de 28 años empleada de una asesoría de comunicación de Santander.
Desde el Ministerio de Exteriores admitieron el problema y señalaron que se trata de "un tema prioritario para el Gobierno”, aunque los afectados denunciaron que apenas obtuvieron información y respuestas del Gobierno español.