Como continuación a las otras dos rondas de negociaciones entabladas en junio y agosto en Manhasset, Nueva York, se dejó abierta la celebración de una tercera cita entre las partes implicadas en el conflicto del Sáhara Occidental, bajo los auspicios de la ONU.
Estas negociaciones directas entre las dos partes fueron fruto de la resolución 1754 de abril de la ONU que instaba al gobierno marroquí y al Frente Polisario a entablar de “buena fe y sin condiciones previas, negociaciones directas con vistas a llegar a una solución política justa y mutuamente aceptable, que garantice el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación”.
Habían pasado siete años sin que las partes se reunieran en la misma mesa para lograr poner fin a un conflicto que dura ya 32 años. Las dos primeras rondas, en junio y agosto, fueron significativas sobre todo por haber vuelto a entablar conversaciones, aunque en resultados, se sigue sin avanzar, puesto que las posturas siguen siendo firmes. Marruecos quiere negociar sobre autonomía y el Frente Polisario sobre referéndum de independencia.
Según informa la agencia AfrolNews, el embajador saharaui en Argel declaró que el Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, Peter Van Walsum, "propuso primero que se celebrasen a la vez la tercera y la cuarta ronda de negociaciones en noviembre en Ginebra".
El Frente Polisario "aceptó esta proposición, pero Rabat la ha rechazado, con el pretexto de la celebración de las elecciones legislativas" en Marruecos, que se desarrollaron el 7 de septiembre pasado, añadió. La tercera ronda tendrá lugar, pues, "probablemente en diciembre", explicó.
Preguntado sobre el balance de las dos rondas de negociaciones en Manhasset, el embajador saharaui en Argel, Mohamed Yeslem Beissat, estimó que “se necesitan aún otros encuentros entre las dos partes para que pueda haber un avance”.
Igualmente, el representante del Polisario añadió que “no es ni difícil ni imposible. No se trata ni de un conflicto étnico, ni de un conflicto religioso o el de dos pueblos por una sola tierra. Es un caso clásico de descolonización”, afirmó, concluyendo que “es posible solucionar este conflicto en unas pocas horas de democracia”.
(21/09/07)