"A aquellos españoles que se preocupan de corazón por el bienestar de los saharauis les aconsejo que se pregunten si actúan correctamente animando al Polisario a apostar a toda costa por la plena independencia", afirmó Van Walsum en una entrevista concedida al periodista Ignacio Cembrero del diario español "El País", publicada el pasado viernes, 8 de agosto.
El enviado personal del secretario general de la ONU abogó por la búsqueda de "una solución consensuada inspirada en la realidad sobre el terreno" y puntualizó el Consejo de Seguridad "debe respetar la legalidad internacional, pero también tener en cuenta la realidad política sobre el terreno", que está en manos de Marruecos. "Treinta años de argumentos legales de peso del Polisario no produjeron resultado alguno".
Más claro, agua. Quien dudaba de la posición del enviado de la ONU, ya no puede tener ápice de dudas de su inclinación en la balanza a favor de Marruecos y su solución al conflicto: la autonomía de la zona como parte del reino alauita.
De hecho, ya el pasado 15 de abril, Van Walsum descartó la opción de referéndum de independencia, propuesta por el Frente Polisario, al emitir en un informe al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que la independencia “no era una opción realista”.
Cabe recordar que actualmente las negociaciones sobre el conflicto en el Sáhara Occidental están estancadas. Desde junio de 2007, delegaciones de Marruecos y el Frente Polisario, en presencia de otras de Argelia y Mauritania, se han reunido cuatro veces en Manhasset, cerca de Nueva York, bajo los auspicios de las Naciones Unidas en presencia de Van Walsum. Sin embargo, tras cuatro rondas, no se ha producido avance alguno, lo que exaspera más los ánimos de todos.
"El Polisario tiene la legalidad internacional de su lado; ahora bien, el Consejo de Seguridad no está dispuesto a ejercer sus poderes, en función del Capítulo VII de la Carta de la ONU, y a imponerla"; señaliza a “El País” Peter van Walsum. Según informa este medio español, el Capítulo VII prevé el uso de la fuerza en caso de quebrantamiento de la paz o actos de agresión.
Respecto a la amenaza del Polisario en retomar las armas si las negociaciones no avanzaban, Van Walsum sentenció además que “la violencia no desembocaría en un Sáhara independiente".
Declaraciones rotundas que dejan un sabor agrio en la boca de la opinión pública española, que se ha volcado desde siempre hacia los más desfavorecidos: la propia población saharaui. Una población que en tiempos de colonización fueron españoles en una provincia más de España. Aspecto que de algún modo sigue tocando la fibra de aquel español que considera de corazón que ayudar a la población saharaui a ser un pueblo independiente es un derecho legítimo.
No hay que olvidar que en España hay un importante número de asociaciones pro-saharauis, que por ejemplo cada verano acogen a niños y niñas saharauis para que aprendan el castellano y salgan del entorno de los campos de refugiados. Unas actividades en las que no se hace una simple buena acción, sino que se crean lazos afectivos muy fuertes entre esos niños saharauis y españoles, que se continúan con el paso de los años.
Que un alto responsable de la ONU afirme que las familias españolas prolongan la agonía de los saharauis resulta insultante, sobre todo porque se pone en tela de juicio que las buenas acciones, de corazón, al fin y al cabo no sean tan buenas, sino contraproducentes. Pero ¿quién puede afirmar que lo que se hace con el corazón se haya pensado con la cabeza? ¿Sería mejor actuar sin corazón?
Sea como fuere, las negociaciones y movimientos diplomáticos y políticos en torno a este conflicto de más de 30 años de duración, siguen debatiéndose en las altas esferas, al margen de la población.
Por otro lado, la duración del conflicto empieza a causar impaciencia y cansancio. Al menos así lo manifestaba hace unos días a la agencia Servimedia el portavoz de la comisión de los Asuntos Exteriores del PP en el Congreso, Gustavo de Aristegui, quien lamentó la "radicalización" del Frente Polisario, y advirtió que el conflicto del Sahara "corre el riesgo de cansar la Comunidad internacional".
Las posiciones pro-marroquíes y las opiniones cansadas empiezan a ver la independencia del Sáhara Occidental como una verdadera utopía, y por tanto irrealizable. La cuestión es buscar los porqués de este punto de vista.
Según Aristegui, “lo que pedimos es una solución que sea viable, es decir que no sea utópica, que pueda ser aceptable para las dos partes", y eso "en el marco de las Naciones Unidas y la legalidad internacional", dijo De Aristegui, antes de añadir que "es evidente" que "la comunidad internacional se tiene que atener a lo que diga las Naciones Unidas", puesto que la postura de la ONU" hay que aceptarla, guste más o guste menos" a España y al resto de los países que forman parte de esta organización.
Parece por tanto, que ahora hay debate sobre todo dentro de las Naciones Unidas, que son las que auspician las negociaciones de este conflicto. Una entidad internacional que de momento, con las declaraciones de Van Walsum, se muestra más pro-marroquí que neutra, al igual que la posición de Estados Unidos. Falta ver si Ban Ki-Moon, el secretario de la ONU, respalda o no la visión de Peter Van Walsum, o intentará equilibrar la balanza dentro de las Naciones Unidas.
PTZ
(11/08/08)