El Mediterráneo puede considerarse el corazón del mundo y la cuna de las primeras civilizaciones que han dejado sus huellas en la historia de la humanidad hasta hoy. Separa tres grandes continentes: África, Asia y Europa.
Sin embargo, estos últimos años, El Mediterráneo está sufriendo. La polución marítima amenaza tanto la flora como la fauna. También, el turismo se ve amenazado. El ecosistema padece defectos que podrían resultar crónicos si no se tomasen medidas adecuadas a tiempo. Sólo treinta años atrás, El Mediterráneo no estaba tan contaminado como lo está actualmente. Es un patrimonio común entre distintas civilizaciones y su estado debe preocuparnos a todos. Cada uno ha de respetar este mar y su medio ambiente que hace de él un destino favorito para millones de turistas de todo el mundo. ¿Quién no sueña de las playas mediterráneas y de visitar a cualquiera de sus países por la belleza de su paisaje, la bondad de su gente y la riqueza de su gastronomía?
Cada uno de los países mediterráneos tiene sus rasgos propios mas de todos los privilegios de la zona prevalece el mar mediterráneo como punto de atracción común. Como ejemplo de la decadencia del medio ambiente en El Mediterráneo, tomo el ejemplo de la ciudad donde vivo: Martil, a 10km al este de Tetuán, al norte de Marruecos. Todo un río de agua contaminada desemboca en su orilla. El mar limpio que conocíamos siendo niños en los años 70 se volvió sucio desde los principios de los 90. Una verdadera catástrofe para el turismo en la ciudad, lo cual es su única alternativa de desarrollo en la ausencia de cualquier política de empleo. Es imprescindible tomar medidas oportunas para mejorar la imagen de la ciudad poniendo punto final a su sufrimiento por causa del agua contaminada y dando impulso a su economía muy débil desde mucho tiempo ya. Como habitante de esta ciudad, no veo mejor manera de evitar la catástrofe que alentar al turismo en la zona. Y lo primero que hay que hacer es conservar el medio ambiente.
El Mediterráneo es un mar casi cerrado, de ahí su vulnerabilidad. Si se sigue utilizándolo como último destino de los residuos de nuestras casas, nuestras fábricas y nuestros buques, perderemos ese corazón que late en el centro de la tierra. Nuestro mar es nuestra mayor riqueza. Españoles y marroquíes, nos hallamos en el punto más vulnerable del Mediterráneo, que es el estrecho de Gibraltar. Yo no soy un científico para demostrarlo, pero lo único que sé es que nuestras playas están en un peligro irreversible. Para el que tenga conciencia, ¡no dejemos que El Mediterráneo agonice!
(14/02/07)