Recientemente leí en Identidad Andaluza la generalización de una aislada y casi me atrevería a calificar de peculiar manera de actuar de un marroquí establecido en Catalunya quien, por razones que ni Duran i Lleida ni su CIU han querido revelar hasta ahora, no ha permitido a su hija acudir a gimnasia.
Un día antes leí otro artículo de Ali Manzano en torno al descubrimiento en Al Játiba (Valencia) de una tumba con un casi intacto epitafio en árabe que demuestra cabal y fehacientemente la presencia musulmana en la Península antes del 711 y cómo historiadores de turno se precipitaron a desmentir la fecha y su autor.¡Alucinante!
Sin embargo, si el Sr. Lleida (que conozco personalmente) hubiera sido hombre de izquierda habríamos justificado su xenófoba iniciativa.
¿Por qué? Sencillamente porque los antepasados de este mismo “moro” que no dejó a su hija acudir al gimnasio, hubiesen podido cambiar el destino de la España contemporánea como lo hicieron durante ocho siglos en Al Andalus, aceptando la propuesta de Garcia Oliver .
Relato de una de las historias hispano-marroquíes a menudo olvidada:
Con los primeros ruidos de sables de los nacionalistas entonces aún en estado embrionario pero constituyendo una seria amenaza en el protectorado español en el norte de Marruecos, Pierre Besnard, secretario de la AIT en Paris viajó a Barcelona para exponer al Comité Regional de la CNT de Cataluña y los miembros de esta organización en el Comité Central de Milicias Antifascistas que “ la única manera de sacar a la revolución española del cenegal….”(1) consistía en volver a recurrir como lo hizo la república antes en Sevilla para sofocar la llamada Sanjurjada a los “ moros” ( Durante el movimiento del 10 de agosto, el gobierno republicano español hizo venir de su protectorado en Marruecos a unidades de las llamadas Fuerzas Indígenas o sea: marroquíes lo que indujo a Emilio Mola a comentar que “ los periódicos que en diciembre de 1930 pusieron el grito en el cielo en agosto de 1932 callaron”(2).
“Besnard les expuso en detalle un plan para sublevar las tribus de Marruecos (protectorado español ) , coordinandose esto con una revolución en Portugal potencia aliada a Franco”(3).
El revolucionario francés trató infructuosamente de convencer a Largo Caballero para que hiciera una declaración pública, por la cual el gobierno republicano español acordaba la independencia al Rif y a todo el protectorado español(4).
En diciembre de 1933, Garcia Oliver recibía en Barcelona a “ una primera delegación enviada por el CAM ( Comité de Acción Marroquí ) y dirigida por el jóven Abdeljalek Torres”.
El anarquista catalán proponía en nombre del Comité Central de Milicias: “armamento y dinero para promover una sublevación general en Marruecos contra los militares de Franco….”(5).
De haberse llegado a un acuerdo ( y no se llegó debido única y exclusivamente a profundas divergencias hispano-españolas), Franco nunca hubiera irrumpido o pasajeramente en la historia de España. Pero discrepancias entre la cúpula republicana impidió otro curso de los acontecimientos.
Es decir que, hasta hace poco, en España, cualquiera que haya sido el color político o ideológico del mandatario de turno siempre se recurrió a este “ moro” que los vencedores callan pero los vencidos condenan, detestan y de diferentes formas y periodos, persiguen.
Se trata de un episodio poco conocido de la obligada “ solicitud” marroquí para corregir el tiro…histórico en su vecino del norte que no solamente no ha sido correspondido, sino mal valorado, peor transmitido y visceralmente manipulado.
Es más: Durante toda la guerra civíl española los “moros” estuvieron en los dos bandos. Unos arrastrados por los nacionalistas, otros seducidos por ideales revolucionarios, especialmente del anarco-sindicalista Buenaventura “ Durruti” como lo demuestra la organización de la columna que lleva su nombre en la que en los llamados grupos Autónomos, el Grupo Internacional ( franceses, alemanes, italianos, MARROQUÍES, ingleses y americanos) que dirigía el ex capitán de artillería francés llamado Berthomieu, los “ moros” republicanos eran objeto de súblimes elogios de los jefes militares pero eclipsados por “ malentedimientos amistosos”.
De hecho, la mayoría de los miembros de una brigada formada exclusivamente por marroquíes “ republicanos” dependiente de esta columna, dirigida por el filósofo francés y entonces aviador André Malreux siguen hasta ahora enterrados en las cercanías de Zaragoza sin que nadie buscara rindir aunque un sólo grano de homenaje póstumo a estos “ moros” de la banda de los vencidos.
“Moros” en los dos bandos. “Moros” engañados y “ moros” convencidos, pero en la memoria de España sólo cabe la barbarie de unos y la torpeza de otros.¡Historia… cuántas demencias se cometen en tu nombre!No cabe duda: entre el hecho y el dicho hay mucho…Estrecho de Gibraltar.
1. Abel Paz: Durruti ( Editorial Bruguera-1978, Pg 407)
2. General Emilio Mola: Memorias ( Editorial Planeta-Pg 259)
3. Abel Paz: Durruti ( Pg 437)
4. Folleto editado por el C.P de la FAI, Sevilla, 1935
5. Memorias de García Oliver
Fuente: Identidad Andaluza. Artículo facilitado a MarruecosDigital por su autor.
(05/06/08)