Mohcine Ayouche llega a la hora al restaurante Sqala (Casablanca). Había pedido antes por teléfono que la entrevista no durara mucho tiempo ya que quería volver a trabajar pronto. Al final charlamos durante cuatro horas y media. De menú, una ensalada verde, sepia, verduras a la provenzal y un "Atay âbdi" [té].
¿Por qué ha elegido este restaurante?
Porque está ventilado. Me gustan los espacios abiertos.
Quizá porque ha pasado varios años en una celda…
Incluso la prisión estaba ventilada. Pasé por Laâlou, Ghbiila, Aïn Qadous y la prisión central de Kénitra, pero la mejor era la de Aïn Borja donde las células se abren a cielo abierto.
¿ Cuántos años pasó en detención?
Un poco más de 5 años, pero en tres fases. Sacaba tiempo de hacer un niño o de encontrar un trabajo y me volvían a poner detrás de los barrotes. Lo peor, era volver de nuevo y encontrar a los que habían condenado a 10 o 20 años y que no tenían oportunidad de salir.
Cuando habla de estos años, se tiene la impresión de que está bromeando..
Voy quizá a decepcionarle pero no guardo malos recuerdos de la prisión. Me digo que esta reacción es una defensa seguramente psicológica. Soy consciente de que es terrible encontrarse en la cárcel cuando se tienen 20 años, pero la memoria sólo ha guardado lo bueno.
¿Se bromea en prisión?
¡Absolutamente! Y es necesario incluso reirse de cualquier cosa. Incluso en Tazmamart la gente bromeaba. Los que se salieron lo deben también a eso. Tenemos un sistema que no intenta quitarnos la libertad sino privarnos de la humanidad y entre las cosas que no se pueden quitar, está lo propio del hombre: ¡la risa!
¿con 50 años, volvería a hacerlo?
Gracias a la prisión descubrí que el ser humano tenía una capacidad de adaptación casi ilimitada. El único truco para no hundirse en la locura es nunca ponerse la mente "en prisión".
No comprendo.
No intentar "vivir" fuera de la prisión cuando se está dentro. No preocuparse de la situación financiera de la familia, no imaginar que tu madre va a morir o que tu mujer tiene un amante..
En la actualidad, es director delegado en la CGEM, pasó del marxismo leninismo puro al capitalismo agresivo…
Es demasiado fácil decir eso. Pasé del marxismo leninismo puro a la empresa ciudadana y social en acción. Es el leitmotiv del CGEM y me reconozco en esta empresa.
¿Es usted quien propuso llamar PSU la aproximación entre el GSU y Fidelidad a la Democracia?
Sí, hace tres años. Partido socialista unificado en lugar de partido de izquierda socialista unificado. Los miembros del Congreso estuvieron en contra porque consideraban que su identidad era expresada más por la palabra "izquierda" que por la palabra "socialista".
Sobre el asunto Herzenni y Lahbib que llamaron al boicoteo del congreso con el pretexto de que algunos miembros de Fidelidad a la Democracia tenían vínculos con [el príncipe] Moulay Hicham…
Herzenni y Lahbib se fueron del partido con el pretexto de que no tenía objetivo claro. Es aberrante intentar retrasar la fusión por la simple razón que fulano es amigo de Moulay Hicham. Habría preferido un debate de ideas y programa que desgraciadamente no vi en ninguna parte.
¿Su dictamen sobre esta unión?
Es una buena cosa pero sería necesario que la formalizaran. Deben sobre todo salir del objetivo Unión por Unión y no reiterar el error del GSU que permaneció en la euforia de la unión perdiendo más de 100.000 votos sin que nadie se planteara la cuestión.
Se dijo que eran detrás la famosa salida mediática de Hassan Chami[Presidente CGEM]..
Hassan Chami no necesita nadie detrás de él. En la CGEM, y debido a mi función, no estoy detrás de un equipo sino sobre todo con un equipo. Comunico mi trabajo pero la decisión es colegial y soy el responsable de la puesta en marcha de las decisiones de la oficina y del Presidente.
¿Pero qué piensa de esta salida?
Es en realidad una llamada al debate sobre las cuestiones de la gobernanza económica, cuya necesidad se experimenta por el conjunto de los protagonistas, y se tiene interés en mantener este debate serenamente.
Está preparando un guión de película sobre los años de plomo.
En primer lugar es un guión que escribo con Houria, mi esposa. No es una película sobre la prisión o la detención sino una historia de amor entre una joven pareja en el contexto de los años 70, y es también el amor de una generación para su país.
¿Si tuviera oportunidad de rehacer su vida?
Haría exactamente lo mismo. Arreglaría algunos detalles pero en las opciones fundamentales, no tocaría nada.
Yassine Ziz
(Le Journal Hebdomadaire, 05/11/05)