Tras 30 años de conflicto sobre el control del Sahara occidental, Mohamed VI declaró el pasado lunes en Tánger que su país desea que las negociaciones iniciadas el 18 y 19 de junio en Manhasset, Nueva York, y que continuarán el próximo 10 de agosto en el mismo lugar, sean “una victoria de todas las partes y del derecho y la legalidad, así como una ocasión para que prime el espíritu de la fraternidad, de la buena vecindad y de la unidad magrebí”.
La única salida posible al conflicto por parte del lado marroquí es la autonomía. De hecho, el rey afirmó tener “la certidumbre de ganar el proceso de la autodeterminación consensuada con la unanimidad nacional, incluidos los saharauís, sin discriminación ni exclusión alguna” e invitó a este respecto a “los hijos del Sahara marroquí que se hallan fuera de la patria, estén donde estén, sobre todo aquellos retenidos en Tinduf, para obrar en pro de la ampliación de la participación de todos sus hermanos en esta iniciativa que va a realizar su reconciliación, reagrupamiento y protección de su dignidad”.
Respecto al apoyo internacional sobre su propuesta de resolución del conflicto, el soberano añadió en su discurso nacional su satisfacción por la postura del Consejo de Seguridad y de las Naciones Unidas, al definir la iniciativa marroquí como una propuesta “seria y digna de credibilidad”.
Frente a la propuesta unilateral marroquí del principio de autonomía del Sahara occidental como parte del reino de Marruecos, el Frente Polisario busca que se celebre un referéndum de autodeterminación para que el pueblo saharaui vote sobre su destino.
Un día después de las declaraciones del monarca marroquí, el presidente de la República Democrática Saharaui, Mohamed Abdelaziz, denunció mediante comunicado que “Mohamed VI intenta revertir un proceso de descolonización que el pueblo saharaui no aceptará en el presente ni el futuro”.
Para Abdelaziz el gobierno marroquí quiere imponer sus “deseos anexionistas” sin llegar a una solución que garantice la autodeterminación del pueblo saharaui, a lo que añade que Marruecos “amenaza con desestimar los esfuerzos de la ONU en las negociaciones de paz”.
Las declaraciones oficiales de ambas partes quedan por tanto otra vez puestas en la mesa mediática a una semana escasa para la vuelta a las negociaciones bajo la tutela de las Naciones Unidas.
Esta segunda ronda de negociaciones directas están previstas para el próximo viernes 10 de agosto, como continuación de la aplicación de la resolución 1754 del Consejo de Seguridad que llamó a las partes a entablar negociaciones de "buena fe" y "sin condiciones previas", en la que igualmente volverán a participar Argelia y Mauritania en calidad de países vecinos.
(03/08/07)