Esta vista constituye un hito en la cooperación judicial hispano-marroquí ya que, aunque Rabat no extradita a sus ciudadanos, por primera vez, va a juzgar a un marroquí por delitos cometidos en el extranjero.
Hriz será juzgado en el tribunal antiterrorista de Salé, ciudad marroquí colindante con Rabat. El fiscal de Salé ha asumido la denuncia que formuló el juez instructor del 11-M, Juan del Olmo, en 2007. Ángel Llorente es el magistrado que va a actuar como enlace español en Rabat, mientras que un fiscal de la Audiencia Nacional será observador en la vista.
Lo que ha llevado al banquillo a Hriz es la coincidencia de su ADN con un rastro hallado en la casa de Chinchón, lugar donde se prepararon las bombas. También su información genética se corresponde con la de un pelo encontrado en los escombros del piso de Leganés donde tuvo lugar el suicidio colectivo de siete yihadistas en abril de 2004.
Hriz se quedó legalmente en España, donde trabajaba como electricista en Santa Coloma (Barcelona), hasta que a principios de 2005 emigró a Siria, vía Turquía, y se sospecha que estuvo en Irak antes de volver a su casa familiar de Kenitra, ciudad situada al norte de Rabat. Fue detenido en enero de 2008.