La visita de Naciri y la delegación marroquí a Río de Janeiro estuvo inscrita en la segunda reunión de los ministros de Cultura de los países árabes y de América del Sur que se celebró los días 20 y 21 de mayo en la ciudad brasileña.
La primera reunión se produjo en 2005 en Brasilia, con la idea de desarrollar una política de cooperación interregional entre dos grandes bloques del “Sur”: América Latina y los países árabes. Una apuesta que hasta hace poco no había tomado forma y que ahora se observa como una nueva vía de relación internacional entre protagonistas emergentes, que juntos, poseen más fuerza.
De momento, el punto fuerte de estas relaciones es el desarrollo del diálogo cultural en el marco institucional árabe-suramericano, y la idea de preservar las identidades nacionales y civilizaciones ancestrales. Unas disposiciones presentes en las Declaraciones de Brasilia y de Doha.
Al respecto, Naciri destacó que el diálogo cultural, en el marco de la cooperación Sur-Sur, es necesario para las políticas culturales nacionales de los Estados de las dos regiones, para "ganar este reto estratégico favorable a los valores de solidaridad, diálogo, paz y tolerancia, indispensables, hoy más que nunca, por su inminente importancia para todo el mundo".
Asimismo el ministro marroquí informó a la agencia MAP que el futuro Instituto de los Estudios e Investigaciones sobre América del sur, que acogerá Tánger, contribuirá eficientemente en la interactividad entre los mundos árabe y sudamericano.
Otro proyecto que se contempla es el Festival de música y las artes del baile popular, así como la proyección del cine árabe y sudamericano en cada región para acercar los aspectos culturales a cada zona.
A grandes rasgos, la idea principal es que el mundo árabe y el de los pueblos de América Latina valoricen tanto sus puntos en común como su diversidad cultural y espiritual, en unas relaciones de diálogo entre las dos orillas del Atlántico.
Un objetivo cultural tras el que, sin duda, se desarrollarán unas relaciones comerciales de importante peso, al ser regiones de posibilidad de intercambio de materias primas de interés común, así como mercados emergentes y de demanda con un gran potencial. No es que Marruecos deje de mirar a Europa como primer mercado, pero es evidente que en su desarrollo, está empezando a ver más allá del Atlántico y toda la riqueza, no sólo cultural, que podría aportar el estrechar las relaciones con América Latina.
PTZ
(27/05/09)