En un correo emitido a periodistas, Marchante considera que su no renovación “impide que pueda seguir trabajando en este país y, en la práctica, equivale a una expulsión, algo que nunca ha ocurrido con un corresponsal español en Marruecos”.
La dirección de la agencia internacional Reuters recibió a finales de la semana pasada una nota del Ministerio de Comunicación marroquí en la que se informaba del cese de renovación de la acreditación de Marchante porque éste ha tenido "comportamientos profesionales no conformes con la legislación vigente".
Unas palabras que dejan en el aire cuáles podrían ser esos comportamientos no conformes a la legislación marroquí, y que en realidad apuntan a una censura informativa. Según Marchante, el cese de su no renovación equivale a “que no me he doblegado a las amenazas para que deje de cubrir asuntos que el poder considera espinosos". En el pasado "cada visita al Ministerio de Comunicación se convertía en una retahíla de presiones y amenazas para que trabajara de otra manera", añade el periodista gaditano.
Premio Andalucía de Periodismo en 2002, Rafael Marchante, ha estado informando de las manifestaciones que se producían en Marruecos sobre las protestas sociales (ejemplo en la fotografía) de diferentes sectores, como las de los licenciados demandando empleo, o reportajes sobre la inmigración. Temas difíciles a tratar en Marruecos como periodista.
Marchante recuerda que a lo largo de 2008 ha sufrido cuatro agresiones, "tres de ellas por miembros de las Fuerzas Auxiliares en Rabat, a las puertas del Parlamento, ante numerosos testigos". En una de ellas -relata- "los agentes rompieron mi acreditación de prensa y me robaron el equipo fotográfico, valorado en unos 6.000 euros", que nunca recuperó.
De momento, Marchante ha pedido amparo a la Embajada española, "pero su actitud es de pasividad", lamenta.
Cabe recordar que hace un año, Khalid Naciri, ministro de Comunicación y portavoz del gobierno marroquí, decidió no renovar la acreditación de dos periodistas españolas (Carla Fibla, de la SER, y Beatriz Mesa, de la COPE) por cubrir noticias relacionadas con el conflicto del Sáhara Occidental.
Entonces, la vicepresidenta española, María Teresa Fernández de la Vega realizó gestiones diplomáticas que acabaron con éxito para que estas periodistas no se viesen obligadas a abandonar el país.
Otros corresponsales no españoles, sino árabes o franceses, también han dejado de ser renovados sus permisos de periodistas en Marruecos.
La no renovación del permiso de estancia como periodista de este fotógrafo español pone otra vez en tela de juicio la situación de la prensa en Marruecos y la libertad de expresión en el país.
PTZ
(23/03/09)