Los otros cuatro centros de cara a los MRE (marroquíes residentes en el extranjero) se construirán en París, Bruselas, Montreal y Trípoli, según anunció el ministro encargado de la comunidad marroquí residente en el extranjero, Mohamed Ameur, durante una conferencia de prensa.
El plan de acción prevé, además de la construcción de los cinco centros culturales, un programa "de urgencia para la enseñanza de la lengua árabe y de la cultura de origen para los niños" de padres marroquíes residentes en el extranjero y "la organización de actividades culturales en los países de acogida".
También incluye programas de intercambio y estancias culturales en Marruecos para niños.
La comunidad de marroquíes en el extranjero pasó de 1,6 millones en 1992 a los 3,2 millones de la actualidad, es decir, un 10 por ciento del total de la población marroquí, subrayó Ameur.
El destino prioritario es Europa, en donde reside el 85 por ciento de los MRE. El resto se reparte fundamentalmente en los países árabes del Golfo (9 por ciento) y en Norteamérica (6 por ciento) así como en algunas zonas del África subsahariana.
La construcción de estos cinco centros en Europa, y centrándonos en el de Barcelona, servirá para que la comunidad marroquí tenga una atención particular por parte de su país de origen, que vela por que su cultura (lengua, religión, arte) no caiga en el olvido.
Aunque hay quienes puedan pensar que se tratará de centros que promuevan el islam marroquí, el malekita, para evitar influencias de otro tipo de islam entre la comunidad marroquí residente en el extranjero; estos centros abarcan otras actividades que buscan sobre todo que las nuevas generaciones tengan referencias culturales de su país de origen, sin que ello suponga un inconveniente a la integración en la cultura de acogida.
PTZ
(21/05/09)