Dice en su editorial que “las fuerzas centrífugas en España tienden a acelerarse. El separatismo vasco y catalán, en particular, multiplican sus ataques contra Madrid. Estos separatismos manifiestan cada vez más y con firmeza, su voluntad de querer desligar su destino de la nación española. Es una verdadera prueba política para el poder central español, aún más teniendo en cuenta que estas regiones tienen una autonomía muy avanzada que les confiere, forma y contenido, poderes casi ‘estatales’. Pero se sabe que todo sistema autonómico –una perversidad endógena- tiene naturalmente, vocación, sobre todo cuando funciona bien, a pedir constantemente más autonomía y esto hasta lograr la separación total. Es algo genético. Es lo que sucede hoy por hoy con el caso catalán y vasco”.
“La paradoja española es que lo que rechazan para ellos, nos lo quieren imponen a nosotros. Madrid rechaza el separatismo en España pero lo preconiza para Marruecos. La sociedad española es una sociedad moderna y progresista pero se acomoda al hecho colonial español en Marruecos. Los ejemplos son numerosos, desde la gestión de la inmigración hasta la explotación de los recursos pesqueros”.
El separatismo del Frente Polisario, quiere pasar directamente a la sección de independencia saltando la sección de autonomía. Un conflicto en el que Marruecos presenta el plan d autonomía como ùnica solución viable, en donde el modelo catalán y el caso vasco son seguidos de cerca por Marruecos, teniendo en cuenta, evidentemente, los matices y diferencias del contexto español y marroquí.
ABE
(18/09/08)