Anir, Sifaw, Tifawt, Thiyya o Bahac son algunos de los muchos nombres amazigh que ahora ya reconocen las autoridades marroquíes. En una circular enviada a todas las oficinas de funcionarios estatales en el reino aluí y en el extranjero, se les transmite las instrucciones para aceptar la inclusión de nombres amazigh en sus registros. Esta circular representa el final de una discriminación que durante años sufrieron las familias amazigh.
Desde esta semana, Marruecos permite a los padres a dar nombres amazigh a sus hijos, como informó el diario árabe Assabah. El ministro del Interior, Mohand Laenser, envió una circular a todas las oficinas de registro en Marruecos, así como a la de los consulados de Marruecos en el extranjero, ordenándoles a aceptar nombres bereberes.
Para Mounir Kejji, activista amazigh, esta circular es una gran noticia. «¡Ya era hora! Esta es una victoria y una venganza por todos los padres que no estaban autorizados a dar nombres amazigh a sus hijos», recalca en sus declaraciones a Assabah. «Esta circular representa el final de una ley racista contra los amazigh, ya que a los padres se les prohibía dar el nombre que deseaban a sus hijos y eso es totalmente discriminatorio», prosigue.
El ataque contra las familias amazigh
Mounir Kejji recuerda la larga y ardua lucha por conseguir que se reconozca oficialmente esos nombres. Se inició en 1996, cuando Driss Basri era ministro del Interior en aquel entonces, y Abdelouahab Ben Manssur, presidente de la Alta Comisión de Registro Civil e historiador del reino alauí, enviaron una primera circular prohibiendo el empleo de nombres amazigh en las oficinas de registros civil.
En los últimos años, decenas de asociaciones amazigh de Marruecos han ejercido una presión constante cada vez que un nombre bereber no se reconocía como oficial. De hecho, también organizaciones internacionales de derechos humanos, como Human Rights Watch, se habían manifestado en contra de la discriminación. En 2009, Human Rights Watch envió una carta al ministro del Interior de la época, Chakib Benmoussa, para pedirle que levantase la prohibición de los nombres propios amazigh, tildando incluso de «discriminación étnica» dicha práctica.