Normalmente, en cada ejemplar, encontrábamos las siguientes secciones:
– Tánger, que hablaba de lo acaecido en dicha ciudad.
– VIAJEROS, donde se reflejaban el nombre y apellidos de todos los viajeros que entraban, indicando su lugar de origen, y de los que salían, indicando a su vez el correspondiente destino. ¡Vamos, que tenían a todo el mundo controlado!
– Marruecos Francés, donde principalmente se ofrecían noticias de Casablanca y de Orán.
– Marruecos Español, que describía las nuevas desarrolladas en Tetuán, Ceuta, Melilla y Larache.
– Los Deportes, en esa época su redactor era Eduardo Teus, que escribía de eventos en Marruecos, España y en la sección titulada de todo un poco, una amalgama de gran variedad de deportes y naciones.
– Tierra de Moros, por Enrique Asrqués, que nos ofrecía una amplía visión de las costumbres, ritos, folklore y cultura musulmanas.
Meridiano de Tánger, donde se analizaban temas de gran importancia, especialmente de política internacional.
– Humor, destacando los chistes y las caricatural del genial Luis Bagaría.
– Mirador de Prensa, que recogía las informaciones difundidas por los rotativos extranjeros, especialmente por los Franceses, como Le Matin, Le Temps, Le Journal des Débats, Excelsior,…
Y artículos de todo tipo, donde Alfredo Marquerio nos contaba el funcionamiento de un rotativo, donde Melchor Fernández Almagro nos relataba panoramas de política internacional, donde Ramón Menéndez Pidal nos deleitaba con un repaso del Imperio Europeo-Americano de Carlos V o donde Ramiro de Maeztu nos ofrecía un recordatorio de los imperios precolombinos de América.
Por lo tanto, no es justo de catalogar única y exclusivamente al Diario España como un instrumento de propaganda franquista durante la Contienda Civil Española. A título anecdótico, en el periódico del 3 de Noviembre de 1938, se vuelve a tratar el tan polémico asunto de las Emisoras de Radio con un artículo titulado “Las emisoras de Radio en Tánger quedan prohibidas” que explicaba el proyecto de ley aprobado por la Asamblea Legislativa recordando que a toda persona que instalase, utilizase o explotase, en la zona de Tánger, estaciones de radiodifusión de cualquier clase sería castigada con una multa de 1000 a 10000 Francos (“un dineral en la época”) y una pena de prisión de 1 mes a un año o con una de las dos penas solamente. En caso de reincidencia la multa sería de 3000 a 10000 Francos y la pena de cárcel, anteriormente citada, obligatoria. En todos los casos El Tribunal Mixto, ejecutaría la confiscación o destrucción de los aparatos utilizados en cometer dicha infracción. Las personas propietarias, poseedoras o usuarias de estaciones de la naturaleza anteriormente citada debían en el plazo de un mes, a contar desde la publicación de la ley, proceder a la supresión de dichas estaciones y a desmontar los aparatos que las constituían. Y por supuesto los infractores no tenían derecho a reclamar ningún tipo de indemnización. “¡Viva la libertad de expresión!”
Asimismo, otra columna recogía la información de la aparición de otro cadáver más de un recién nacido, encontrado en el camino del monte y trasladado por el Mokadem del distrito al dispensario municipal y posterior arresto de una de las hermanas de tan desnaturalizada madre.
Curiosa es la publicidad que mostraba el diario en esos tiempos, podíamos encontrar anuncios del Banco Guipuzcoano, del Hotel Continental de Tánger, “con vistas al mar, terraza, calefacción central, jardín, garaje, teléfonos en todas las habitaciones”,… de Casa Chaves, en Tetuán, “para buenos vinos y licores”, del Hotel Cecil de Tánger, “de primer orden, a todo confort”, de H. S. Bendelac, distribuidor de Peugeot en el Paseo de Cenarro 30 de Tánger, de Pichery óptico diplomado, de un taxista nacionalista, José Mª del Campo, con teléfono 1517,… y uno que me hizo mucha gracia que decía: “Nacionalista, cuando vengas a Tánger no dejes de visitar el Gran Café Nacional (Playa),…”
“Cautivo y desarmado el ejército rojo,… la guerra ha terminado.”
Lo habrán escuchado una y mil veces, efectivamente con la finalización de la Conflagración Civil Española El Diario España dejaría de ser el instrumento de propaganda del ejército franquista, nuevos tiempos asomaban, pero eso es otra historia,…
(14/05/07)