(17/09/2010).- Laurent Wauquiez, secretario de Estado para el Empleo francés proyecta incluir un impuesto para aquellas empresas cuyos centros de llamadas se encuentren en el extranjero, otorgar subvenciones a las que se establezcan en Francia e incluso redactar una lista negra con aquellas que cuenten con parte o la totalidad de sus servicios en el extranjero.
Con estas medidas, París trata de frenar la hemorragia que, desde 2004, ha multiplicado por seis el número de puestos de trabajo deslocalizados en Francia, pasando de 10.000 a 60.000.
De llevarse a cabo, Marruecos sería uno de los principales países afectados por la decisión gala, ya que en la actualidad hay 30.000 trabajadores marroquíes contratados por call-center de origen francés.
La actividad de los call-center aumentó en Marruecos un 13% este año, beneficiada por el impacto de la crisis económica en Europa.
Desde 2004, dicha cifra de negocios ha pasado de 900 a 3.700 millones de dírham (de 80 a 330 millones de euros). Debido a la proximidad cultural y lingüística, Francia se mantiene como primer proveedor de clientes para este sector de actividad en Marruecos. Sin embargo, España cuenta con un potencial de crecimiento importante, en especial en el norte del país.