Según han informado fuentes judiciales a la agencia española Efe, tras las investigaciones sobre los altercados producidos entre los manifestantes de esta localidad por el paro en el que viven y los agentes de seguridad, el veredicto del director de Al Yazira se conocerá junto al de Brahim Sballil, responsable del Centro Marroquí de Derechos Humanos, a quien la cadena qatarí citó en una información sobre los enfrentamientos acontecidos.
Esta información incluía que en la represión policial hubo violaciones, torturas y muertos; por los que el Gobierno marroquí pidió el pasado 10 de junio a los responsables de la delegación en Rabat de "Al Yazira" que se excusaran por difundir dicha información, procedente del centro de derechos humanos que dirige Sballil en Sidi Ifni.
El ejecutivo marroquí negó categóricamente que se produjeran muertos, aunque sí admitió la existencia de heridos, entre ellos agentes de seguridad.
Por ello, Rachidi Sballil fueron “perseguidos” ante la justicia por "difusión de una falsa información" y "complicidad", conforme al artículo 42 del Código de prensa marroquí, según recogía entonces la agencia marroquí MAP.
Por su parte, Al Yazira informó el 10 de junio de que “los medios oficiales en Marruecos llevan a cabo actualmente una campaña contra nuestra cadena, en relación con el fallecimiento de personas en los disturbios de Sidi Ifni”, y añadió que “mientras que las fuentes oficiales marroquíes niegan esa información, varias agencias internacionales la confirman”.
Un mes después de estos altercados, de momento han sido acusadas seis personas procedentes de Sidi Ifni. Pero el caso de Rachidi ha provocado la reacción de asociaciones internacionales de prensa y de defensa de los derechos humanos, como Human Rights Watch, que el pasado 1 de julio pidió al Gobierno de Marruecos que retirara las acusaciones contra él y contra Sballil.
Y es que este tipo de reacciones gubernamentales siguen evidenciando que aunque Marruecos se va modernizando, hay episodios conflictivos y paradójicos, más aún si la libertad de prensa y la responsabilidad informativa están en una cuerda floja y difusa.
Un punto débil en Marruecos todavía son las penas desmesuradas contra la prensa; herramienta social con la que se informa a la sociedad. Sentencias de tres años de cárcel o multas desorbitadas como el caso reciente contra el periódico Al Masae son ejemplos evidentes. Sólo queda pensar que la propia presión social y mediática consiga equilibrar el control informativo y la libertad de prensa.
Lo que queda en el aire es si Al Yazira continuará en Marruecos tras los episodios vividos con el gobierno marroquí.
Ya el pasado 6 de mayo, Rabat prohibió a esta cadena emitir desde Marruecos su edición del telediario del Magreb Árabe de las 22.00 horas “a la espera de que la cadena regularice su situación jurídica”, subrayó el portavoz del gobierno marroquí Jalid Naciri.
Esta decisión ya despertó entonces cierta polémica sobre si los verdaderos motivos de ésta son realmente por problemas técnicos y no por contenido informativo. Sin embargo, Naciri añadió que la oficina de Al Yazira en Rabat “permanecería abierta, y sus corresponsales locales continuarán trabajando libremente”.
Sin embargo, con la cobertura que realizó esta cadena qatarí sobre los incidentes en Sidi Ifni, y su posterior cese del director y veredicto el próximo sábado, no es descabellado pensar que al final esta mítica cadena de televisión árabe haga las maletas para marcharse de Marruecos. Una lección de control y una derrota de la libertad de prensa, según el prisma desde el que se mire.
(08/07/08)