Una condena desmesurada que pone, otra vez, en tela de juicio la libertad real de expresión de los marroquíes. Esta semana Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha expresado su “preocupación” por la decisión judicial marroquí de encarcelar a un internauta la friolera suma de tres años por haberse hecho pasar en la red por un miembro de la familia real marroquí.
Murtada, ingeniero informático de 27 años, había activado una cuenta en enero en la web “facebook.com” con el nombre del príncipe Mulay Rachid. Una idea que para este joven marroquí era “sólo una broma”, y que por ello “no se considera un malhechor” para ser juzgado. De hecho, afirmó a su familia que nunca pensó que diseñar este perfil del hermano del rey fuera a constituir una “ofensa” para Mulay Rachid.
Reporteros Sin Fronteras afirma que la decisión del tribunal es “desproporcionada” y suscita una “gran conmoción” en el seno de la comunidad de “bloggers” marroquíes, una de las más importantes de los países del Magreb.
“Estamos preocupados por la libertad de expresión en Marruecos”, dice RSF, y añade que con este caso “son todos los ‘bloggers’ del país los que se dan por aludidos”. Asimismo, esta organización internacional se pregunta cómo consiguió la policía encontrar la dirección IP de Murtada, por lo que ha pedido explicaciones a la compañía Maroc Telecom.
Según declaró Murtada ante el tribunal, abrió esta cuenta en la red por la “admiración” que le causaba el príncipe de 37 años, pero aunque ha pedido clemencia al propio Mulay Rachid, el tribunal marroquí le considera culpable por “falsificar información y por suplantar al príncipe sin su consentimiento”. Una culpabilidad por la que, a parte de los tres años de cárcel, se le ha impuesto una multa de unos 880 euros (10.000 dirhmas), según informó a la prensa el abogado de Mortada, Ali Ammar.
“La importancia de la personalidad involucrada en el centro del asunto, claramente ha influido en la forma en que este caso fue manejado" expresó Ammar.
Fuad Mortada dijo que fue arrestado el 5 de febrero, le vendaron los ojos y fue llevado a un edificio desconocido donde fue golpeado e insultado, según expresaron las informaciones publicadas por un grupo de apoyo al ingeniero en el portal www.helpfouad.com. No obstante, una fuente cercana a los servicios de seguridad de Marruecos ha negado que Mortada fuera torturado.
Sea como fuere, el simple hecho de condenar a alguien a tres años de cárcel por usar el nombre de una personalidad política (en este caso de la familia Real marroquí) en Internet, es un duro golpe para la libertad de expresión en Marruecos. Un país que, a pesar de la modernización que va experimentando, sorprende con reacciones de la justicia como ésta, que hace que la libertad de expresión siga estando “en coma”. Uno se pregunta, y ahora ¿qué será lo próximo?
PTZ
(29/02/08)