Un paso adelante
El portavoz del Gobierno, Jalid Naciri, expresó su deseo el pasado jueves 15 de noviembre de que los españoles “pondrán su mano en la nuestra para superar la crisis” suscitada por la visita del rey Juan Carlos a ciudades de Sebta y Melilia (Ceuta y Melilla).
Con esta manifestación de rueda de prensa, se hace patente la intención de Marruecos por normalizar la crisis suscitada por esta visita que ha llevado a la drástica reacción de retirar el embajador de Marruecos de España.
En este sentido, el Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ya manifestó su deseo de una vuelta rápida del embajador marroquí, Omar Azzimane, a Madrid.
El jefe de la diplomacia española también declaró el pasado jueves que el gobierno español desea “que el embajador marroquí vuelva lo antes posible, algo que debe decidir el gobierno marroquí”.
Desde el 2 de noviembre, el rey Mohamed VI llamó a consultas “por un periodo indeterminado” a Omar Azzimane, un gesto diplomático que el gobierno español “no comprende”, afirmaba Moratinos, al estimar que “en los momentos de crisis hay que guardar una capacidad de mediación”.
Miguel Ángel Moratinos reconoció que la visita programada del rey a Ceuta y Melilla “iba a suscitar una reacción en Marruecos”, de la que se “asume la responsabilidad”.
No obstante, el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación español indicó que Marruecos es “nuestro vecino del Sur más próximo y debemos construir juntos un futuro”; a lo que añadió que España se empeñará en “reforzar una amistad ya muy profunda con Marruecos, con intereses económicos, humanos y culturales comunes, mientras que antes no había nada”.
En este sentido, el delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, aseguró el pasado 18 de noviembre que España y Marruecos "se necesitan mutuamente" en diferentes aspectos en los que es preciso una colaboración bilateral, al igual que Europa necesita a toda la zona del Magreb.
Según el representante gubernamental, la colaboración con Marruecos "sigue y va a seguir", al igual que ha venido sucediendo en los últimos tres años en los que ambos países han trabajado conjuntamente de una forma "espectacular".
Normalización en el área judicial
Muestra de que todo va normalizándose es la participación del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, y el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Francisco José Hernando, el 20 de noviembre a Marruecos para participar en los actos del 50º aniversario de la creación del Tribunal Supremo marroquí, tras la independencia de este país en 1956, tal y como informa el periódico español El País.
Una visita en la que el fiscal general del estado español aprovechará para mantener una reunión con su homólogo marroquí sobre temas de interés común entre ambos países en materia jurídica y política, como es la lucha contra la inmigración ilegal, la inmigración marroquí en España y la lucha antiterrorista.
De hecho, la jefa de la secretaría técnica de la Fiscalía General del Estado, Elvira Tejada, visitó Marruecos la semana pasada para supervisar un curso de formación para fiscales de aquel país y transmitió a Madrid que las autoridades judiciales marroquíes consideran dentro de la total normalidad la visita prevista del fiscal general del Estado y del presidente del Tribunal Supremo de España, según fuentes oficiales.
Cabe decir que esta visita se debe a una invitación en verano, antes de que el juez B. Garzón anunciara a finales de octubre el inicio de una investigación a autoridades marroquíes por presunto genocidio y torturas a más de quinientos saharauis durante mediados de los años 70 y finales de los 80. Una noticia que también avivó el fuego del malestar marroquí.
Resaca del enfado marroquí
A pesar de las declaraciones del pasado jueves que indicaban que todo iba a resolverse en poco tiempo, desde Rabat se canceló el sábado 17 de noviembre una visita de la ministra española de Fomento, Magdalena Álvarez.
Esta cancelación también fue acompañada de la cancelación de la visita del jefe de Estado Mayor de la Armada, Sebastián Zaragoza, que tenía previsto viajar a Marruecos a finales de noviembre.
En teoría esta cancelación de la ministra de Fomento se debe a “problemas de agenda” de su homólogo marroquí, Karim Ghellab, quien ha solicitado el aplazamiento de la visita. Ambos iban a reunirse para comentar el proyecto común del túnel ferroviario bajo el Estrecho de Gibraltar; un proyecto en espera de financiación de la UE, y que interesa sobradamente a Marruecos.
Así que, entre acercamientos y desaires, buenas voluntades y enfados, sigue el juego entre Marruecos y España a nivel diplomático, en espera de que el embajador marroquí regrese a Madrid.
Una crisis pasajera que en nada representa los lazos de unión real a nivel económico, de cooperación y de intercambio cultural entre marroquíes y españoles; que, a media sonrisa, esperan que pase la “tormenta” sin que uno se moje más.
(20/11/07)