El ministro del Interior, Chakib Benmusa, fue el encargado de presidir la firma de este acuerdo gubernamental, en el que también participan los ministerios de Agrigultura, y de Urbanismo.
Este plan tiene una duración de dos años, y mediante él se prevé la creación de nuevas actividades en las regiones que puedan favorecer nuevas formas de ingresos económicos diferentes al cultivo del cannabis, mediante cultivos alternativos, por ejemplo.
Asimismo, según indica la agencia marroquí MAP, los 80 millones de euros (repartidos entre 0,9 y 1,1 millones de euros por municipio) también irán destinados al desarrollo de infraestructuras y nuevas carreteras para mejorar el acceso a los pueblos, y servicios sociales; sobre todo relacionados con la sanidad, la formación profesional, la electricidad y el agua potable.
Benmusa afirmó en rueda de prensa que este programa se inscribe en los esfuerzos que el gobierno marroquí lleva desarrollando desde 2003 mediante una estrategia contra el cultivo de cannabis.
Para el ministro marroquí, esta estrategia ha logrado resultados positivos, “que son reconocidos por instituciones y organismos internacionales”.
Según los estudios más recientes, en los últimos cinco años, Marruecos ha disminuido en un 55 por ciento la superficie cultivada de cannabis en el país, desde las 134.000 hectáreas de 2003 hasta las 60.000 registradas en noviembre del año pasado.
No obstante, Marruecos sigue siendo el principal país exportador de cannabis hacia el mercado europeo, vía directa desde España. Medidas como éstas muestran que al menos ya no sólo se va a perseguir el tráfico de droga y apuntarse un tanto de cara a la opinión pública internacional, sino que la población marroquí podrá empezar a ver salidas paralelas que aporten recursos económicos tangibles.
PTZ
(18/05/09)