« Modou Modou el inmigrante senegalés » es la primera publicación del senegalés Seydi Ababacar Mbaye. Se trata de una intriga que gira entorno a un emprendedor senegalés afincado en Gran Canaria y quien, pese a todas las dificultades, contrastes para su inserción o bien integración laborales en la sociedad occidental, ha conseguido poner en marcha su propio negocio. Este último ha sido a la altura de suerte que pudo superar todas las barreras y obstáculos a las que se enfrentan corrientemente los inmigrantes, sean idiomáticas, sociales, culturales, legales…llegando al fin y al cabo a una entidad que le permite ser cómodo y a gusto tan siquiera moralmente.
Estamos hablando de una publicación cuya primera edición remonta a noviembre del 2005 por las ediciones Anroart. Una obra estructurada alrededor de doce capítulos, cuyos denominadores comunes son la narración, la reflexión y la meditación. Entonces, con un estilo lineal, ágil, conciso y finísimo el autor intenta trazar de nuevo, o sea recrear su propia vida que tuvo lugar en Gran Canaria con todas sus penas, ilusiones y frustraciones.
A lo largo de los distintos capítulos componentes del libro, el autor introduce el lector potencial en un sinfín laberíntico de sufrimientos que padecen los senegaleses, en particular, en el archipiélago canario pero también todos los inmigrantes en Senegal, que les obliga a salir de sus raíces por un pedazo de pan. En oportunidades distintas, incluso llegan a arriesgar su propia su propia vida. Cómo tomar la difícil decisión de salir de su país para el inmigrante senegalés que debe dejar atrás su familia, cultura, e identidad, sin saber cuando será el regreso, en caso en que habría.
Las dificultades que encuentra el inmigrante oscilan entre obtener un visado, ‘‘el terrorismo psicológico’’ que padece la gente que vive en las tinieblas, o sea la inmigración sin regularización alguna que esta pendiendo de un hilo, entre otros y, por lo tanto, en situación de desprotección social, política y económica. El sufrimiento del inmigrante que está en situación irregular y las duras condiciones para regularizarse.
Igualmente, se introduce en las oportunidades que tienen los inmigrantes en Europa, si saben aprovecharse de ellas y, como conclusión, este libro presenta un canto a la esperanza de los inmigrantes y contribuye, a mi juicio, a estimular su espíritu de superación, su autoestima y motivación para hacer posible una vida mejor en sus países de origen y, en definitiva, construir entre todos un mundo donde todos podamos disfrutar los derechos vitales y más elementales que a todo ser humano le conceden los derechos de vivir.
Modou Modou es un término con el que se designa, de forma peyorativa, el inmigrante senegalés que recorre el mundo entero a la búsqueda de una vida mejor. Este último, como se ha constatado, procede de todas las categorías de la escala social senegalesa. Siempre avispado y demasiado ligero en el trabajo. Su única inquietud es materializar su sueño consistente en llevar a cabo un verdadero desarrollo duradero en su país de origen. Es un maldito desgraciado que abandona su patria por un pedazo de pan, después de haber tocado todos los palillos en su país.
La constatación que reina en la mentalidad del Modou Modou consiste en que la cristalización de sus propias aspiraciones y ambiciones, asegurar sus necesidades vitales, construir un hogar, procrear, encontrar una oportunidad de trabajo estable, realmente volar con sus propias alas, entre otros, queda en el país de origen Senegal una utopía, mejor dicho una odisea fuera del alcance, sino más bien indiscutiblemente imposible. De allí pues deriva la idea “ilusiva” de inmigrar para busca la vida más allá.
En cuanto a la penosa decisión, pues, encuentra sus raíces en la bravura de despedirse a la hora de abandonar los hijos, por falta de un trozo de pan; dejar a la esposa a causa de la carencia, la mengua, y la penuria…En vigor, para darse cuenta y comprender lo duro que ha sido tomar una decisión semejante, hay que ser, en efecto, un Modou Modou. Y por lo tanto es una decisión mortífera, de suerte que en este contexto, la inmigración es concebida en tanto que acto de dignidad. Porqué?, simplemente, porque sinceramente, hay que tener muy poca dignidad para quedarse con los brazos cruzados, o sea mano sobre mano mientras el individuo sufre el hambre, la deficiencia, lo peor cuando corre el riesgo de la desaparición.
Pese a la distancia y ante la imposibilidad de obtener el visado, por encima de las revueltas olas tanto del mediterráneo como el atlántico, con sus tiburones que merodean al alrededor, hambrientos y muy voraces…la gente se arroja en los brazos del mar. En realidad, son muchos los pretextos que hacen que los Modou Modou no terminan de embarcarse en esta aventura que puede depararles múltiples sorpresas. Muchos de los Modou Modou son victimas de supersticiones indescriptibles, engaños y exorcismos. En dos palabras, estamos ante una verdadera tragedia.
En realidad, la representación imaginaria que se había hecho Modou Modou, como cualquier victima que sueña despierto y que se deja ganar por primera vez de Europa, en general, se asemeja a un paraíso. Sin embargo, su sorpresa y decepción fueron a los dos días de llegar al supuesto edén, cuando se dio cuenta de que las cosas no iban a suceder como él se había imaginado. En efecto, estamos hablando de una fascinación legítima, de modo que Modou Modou conocía Europa a través de los Mass Media, en particular la televisión, y estaba supuestamente fascinado por la belleza de sus ciudades tan iluminadas y adornadas, avenidas elegantes y arrebatadoras, por sus escaparates que exhibían el encanto del último grito. Y tal y cual.
Al pisar el suelo de su ilusión engañosa, pues se habla de una estancia forzosa con todas sus dificultades. Los Modou Modou constatan que aún los autóctonos-europeos- sufren, de modo que protestan y denuncian la precariedad de sus empleos, la disminución de su poder adquisitivo, el deterioro de sus condiciones de trabajo y la degradación de su nivel de vida. También, se dan cuenta de que, cada día aumenta el paro, se acentúa el desequilibrio económico; y el malestar social provoca confrontaciones entre el pueblo y las fuerzas del orden público. En definitiva, los Modou Modou están ante un viejo continente que se palpita a tientas y en busca a sí mismo.
De veras, padecen una realidad amarga igual que el acíbar. Me refiero al choque cultural, en términos muy concretos al hoyo abismal entre los países del norte y los del sur. Es una diversidad legítima, puesto que las reglas del juego las fijan los fuertes y, a los débiles, no les queda más alternativa que seguir las cadencias, sino la desaparición. Estamos ante un sistema de valoración puramente socioeconómico, o sea un liberalismo agresivo donde el pequeño grupo que ostenta la riqueza produce lo que el resto debe consumir.
Amén de los dicho, parece que lo que diferencia los Modou Modou de los europeos no es solamente el color, sino también su forma de pensar, sus costumbres y sensibilidades. En sus países de origen, los Modou Modou frecuentemente eran reprimidos por algún vecino, familiar, cualquiera…que juzgaba inadecuado su comportamiento. Al revés, en Europa las cosas son ampliamente distintas, existen números de teléfono de denuncia de maltratos cometidos por parte de padres contra hijos. Es decir, el rito, los valores, la educación…antes los leyes, la cultura, y la convicción.
En Europa, en nombre de la libertad la máxima valor, el amor es público de modo que las parejas se enamoran como les da la gana cuando y como quieran. La cúspide de la sociedad occidental, en materia de los derechos civiles, consiste en que hasta los hombres pueden casarse entre ellos y viceversa, es decir lo mismo para las mujeres entre ellas, sin hacer caso omiso de la pedofilia que se ha convertido en un hecho frecuente y la homosexualidad es ya un derecho social reconocido oficialmente.
Al cabo, no nos queda nada más , después de haber circundar el entorno de los Modou Modou que subrayar con vehemencia y encasillar dicho libro dentro de las publicaciones humanas que interpelan la conciencia y la emoción a la vez. Un libro que vale un posotí, de suerte que acertó, a mi modo de ver, en su aproximación de acercar el mundo de los Modou Modou al círculo de lectores a efectos de sacar moraleja, en particular, a los candidatos a la inmigración clandestina que se arrojan en los mares sin la mínima reflexión, ni siquiera un comino de conciencia.
Con todo, queda claro, y es ya una evidencia, a mi parecer, que allí no atan los perros con longanizas. Es una convicción personal, nada más. En fin, recomiendo fijarse en el refrán “Días de mucho, vísperas de nada”. Es todo un reflejo de una tragedia. A tal señor tal honor.
Ahmed Bensalh Es-salhi: