He leído con mucho interés un artículo de Doña María Rosa de Madariaga, publicado en “marruecosdigital.info”, titulado “¿Existe una élite hispanohablante en Marruecos?”, y la impresión que me ha dado (la parte del artículo dedicada a la literatura marroquí en castellano) es que su autora no pudo leer más de un par de libros (o tres) de marroquíes que escriben en español. Sólo así se explica esa afirmación (injusta) de que “muchos de los (escritores marroquíes) que se expresan en castellano con facilidad lo hacen en un español para andar por casa” y “cometen en la lengua escrita faltas garrafales, no ya sólo en la construcción sintáctica, sino incluso en la ortografía”.
Nadie niega que lo que afirma la autora del artículo es cierto y ya se ha llamado la atención en numerosas ocasiones sobre los textos nefastos en los que se basa Doña María Rosa de Madariaga para lanzar sus afirmaciones; unos textos “cuyo estilo pueril suele sobrarle mucho cartón”, según el profesor Miguel Ángel Moreta, que dedicó varios artículos al fenómeno de nuestra literatura en castellano; pero los autores de esos textos no son “muchos”, como dice Doña María Rosa de Madariaga; son un par de señores, conocidos, “fichados”, con nombres y apellidos; el resto, y aquí sí cabe cómodamente el “muchos”, son nuestros escritores cuya literatura es de una calidad innegable:
Como ejemplo a lo que afirmamos, tenemos al poeta de Larache Mohamed Mamoun Taha, autor de los libros “Lagrimas de una pluma” y “Susurros”, con unos versos de carne y hueso, que deleitan y emocionan al lector más exigente, unos versos que suenan a latidos de corazón viviente, según dijo cierto ponente en una de las ya numerosas jornadas que se han celebrado en los últimos años dedicadas a la literatura marroquí en castellano (en Fez, en Tánger, en Algeciras, en Granada)…
Otros ejemplos son el tetuaní Abd ar-Rahman el Fathi, cuyos libros de poesía se encuentran en los escaparates de las librerías en España y cuyos “versos mojados” africanos las convirtió en canciones el grupo liderado por el cantante y guitarrista español Ramón Tarrío…
O el otro tetuaní Ahmed Mgara, ya con un buen lote de libros en su haber (dedicados a su Tetuán natal, una ciudad que le duele), elaborados en un castellano de muy buen hacer y de una exquisitez envidiables…
O el ceutí –ahora tangerino- Mohamed el Messari, quien ha escrito unos cuentos exquisitos, pero que por ser un perfeccionista empedernido, escribe poco…
O los cuentistas cuyos trabajos se encuentran en las antologías “La puerta de los vientos” (Editorial Destino, Madrid, 2004) o “Entre las 2 orillas” (Universidad de Granada, 2007)…
Me ha sorprendido un argumento que esgrime Doña María Rosa de Madariaga para negar la existencia del fenómeno de la literatura marroquí en castellano (“no creemos que se pueda hablar propiamente de una literatura marroquí en castellano”); dice que estos escritores marroquíes no publican en editoriales españolas y menos aún en editoriales importantes (salvo algún bicho raro)…¿Desde cuándo son los libros publicados por determinadas editoriales o por grandes editoriales (o libros ganadores de grandes premios) sinónimo de buena o alta literatura?…
Afirma Doña María Rosa de Madariaga que “para poder hablar de esa literatura (marroquí en castellano) sería necesario disponer de una acumulación de textos suficiente para hacerla significativa”; la réplica a este argumento nos la proporciona el escritor, crítico y editor catalán Josep Maria Castellet, quien dice al respecto que “toda literatura periférica, toda literatura minoritaria, toda la literatura que haya producido un solo libro de calidad ha aportado algo a la literatura universal”. (Babelia, ELPAIS, 06.10.2007)
Nos parece lamentable este trato que se dispensa a los escritores marroquíes en castellano, este intento de eliminarlos de un plumazo, cuando empiezan a despuntar como autores de calidad (salvo el maestro Mohamed Chakor, todos empezaron a publicar en los años 90). Pero no perdamos la esperanza de leer un próximo artículo de Doña María Rosa de Madariaga o del colega y amigo Driss Jebrouni, autor de “La falacia de la literatura marroquí en castellano”, un artículo menos injusto sobre esta cáfila de escritores que se ha extraviado por el camino largo y crudo de escribir lo marroquí en castellano.
Mohamed Lahchiri
(escritor marroquí en castellano,
autor de tres libros de relatos y una novela)
(10/10/07)