El proyecto de ley, preparado desde hace nueve años, fue presentado en la última sesión parlamentaria de la primavera, dijo a EFE Abdeluahid Ansari, presidente del grupo del Istiqlal en la Cámara de los Diputados (primera cámara).
"El ministro encargado de la Modernización del Sector Público, Mohamed Abú, responsable de este sector, boicoteó la reunión de una comisión de la cámara dedicada a debatir la propuesta", protestó Ansari, que reveló que "existen divergencias dentro del Gobierno sobre este asunto".
"Mientras que el partido Istiqlal considera que la arabización debe ser impuesta por una ley, los otros ministros de la mayoría gubernamental estiman que el procedimiento legal debe pasar por un decreto ministerial y no por una nueva ley", precisó Ansari.
En los considerandos de la propuesta de ley se afirma que "el idioma árabe es la lengua del Corán (libro sagrado del Islam), que resistió durante siglos, se adaptó con todas las mutaciones a todas las épocas y que es también un vehículo de ciencia y civilización".
En su primer artículo, la propuesta de ley estipula que "todas las administraciones públicas, las colectividades locales, las empresas privadas, las asociaciones y otras instancias en Marruecos deben utilizar la lengua árabe en sus cartas, correspondencias, anuncios, facturas, carteles y otros documentos legales de todo tipo".
El proyecto, que critica la utilización de la lengua extranjera (se refiere al idioma francés) en las administraciones marroquíes, considera que "eso consagra la dependencia de la antigua potencia colonial que ocupó Marruecos".
Las divergencias acerca de esta arabización en el sector privado y la administración también existen en la sociedad marroquí sobre la utilidad del árabe, una lengua calificada de "encerrada en sí misma", como publicó el diario marroquí en idioma francés "L’Economiste", vinculado a sectores empresariales y a la banca.
Aunque Marruecos consiguió recuperar su independencia de Francia en 1956, el idioma francés sigue siendo la lengua de la mayoría de las administraciones, de todas las empresas públicas y privadas en los sectores de economía, tecnologías, ingeniería, telecomunicaciones, medicina, farmacia e incluso en el arte y la cultura.
En la universidad, todas las especialidades vinculadas a dichos sectores se imparten en francés y la única tentativa de arabización fue la defendida por el partido Istiqlal, y que fracasó, cuando estuvo en el Gobierno, entre los años 1977 y 1983.
La realidad es que varios ministros, responsables de empresas públicas y privadas, así como personalidades del mundo de la política, de la cultura o del arte, son incapaces de hablar correctamente el árabe, y menos de leerlo.
Los mejores puestos de trabajo, tanto en el sector público como en el privado, requieren el dominio del francés y las escuelas que dependen de Francia en Marruecos son las más frecuentadas por hijos de familias ricas y de clases medias.
El diario islamista "Ataydid", que montó una campaña contra los defensores de la utilización del francés, a los que tildó de "Partido de Francia en Marruecos", publicó este jueves declaraciones del presidente de la Asociación Marroquí de Defensa del Idioma Árabe, Musa Chami, quien acusó a "L’Economiste" de hacer "propaganda colonial".
El diario "L’Economiste" no es el único que se opone a la arabización, pues existen otros medios de prensa que califican de "arcaica" la lengua árabe y prefieren utilizar la lengua dialectal, "dariya", empleada en la vida cotidiana.
Aunque el dialectal es de origen árabe, es en realidad una lengua adaptada por el pueblo para su uso cotidiano, sin respeto de las reglas de la gramática y que mezcla, en algunas palabras, influencias de otros idiomas, como el amazigh (beréber), el francés y el español.
En este contexto, Ansari advierte que "el debate de esta propuesta de ley en el Parlamento no será fácil".
Fuente: Agencia Efe
(15/09/08)