Según revela el portal especializado en negocios y asuntos económicos africanos “africanmanager.com”, respecto al mes de marzo, la inflación fue de 3,2 por ciento. En efecto, la inflación alimenticia fue del 5,5 por ciento en ese mes y del 4,5 por ciento sobre los tres primeros meses de 2008.
El germen de la exasperación de los consumidores es sobre todo el hecho de que son los productos alimenticios, más particularmente los consumidos casi diariamente, los que han sufrido las subidas más importantes.
Este perfil de la inflación, aparecido desde el cuarto trimestre de 2007, está en oposición de aquél de 2006 cuando la inflación (3,3 %) esencialmente era de orden energético aunque la subida se irradió a otros sectores, como los servicios, el transporte y algunos productos alimenticios.
La crisis que afecta a los primeros productos agrícolas no es solamente coyuntural, sino más bien ejemplifica la subida de la demanda de los países emergentes como China y la India, y la reasignación de cantidades cada vez más grandes de productos agrícolas a la producción de biocarburantes a nivel mundial.
En este sentido, la persistencia del fenómeno inflacionista en el mundo y que padece Marruecos, repercute al final en las importaciones de productos alimenticios de base como los cereales, los oleaginosos, el azúcar, los productos lácteos, particularmente.
En cambio, los precios de los productos agrícolas han conocido al contrario una desaceleración en relación con su nivel de 2006/2007. Es lo que explica que en el nivel de la inflación para el primer semestre 2008, la parte de la alimentación fuera de gastos es preponderante, ya que contribuyó por sí misma con 1,3 puntos.
ABE
(30/05/08)