Aid-El Kebir es para los musulmanes la fiesta mayor del calendario lunar. Conmemora la ocasión en la que el profeta Abraham, estando a punto de sacrificar a su hijo, por voluntad de su Dios, recibió la orden de sacrificar en su lugar a un cordero. Por esta razón esta celebración se denomina " fiesta del sacrificio o del cordero".
En ese día los musulmanes que han acudido a la Meca finalizan los ritos de su peregrinación y, después de la oración especial, matan o mandan matar un cordero. El resto de los musulmanes, la mayoría, que no peregrinan a los Santos Lugares, celebran en sus casas esta fiesta, acuden a las mezquitas para la oración y luego, los que pueden hacerlo, sacrifican y celebran una comida.
Dentro de dos años, los musulmanes de Melilla verán satisfecha una vieja aspiración, al haber conseguido que el Aid el Kebir sea festivo oficial en esta ciudad autónoma a partir de 2010. Probablemente, pronto, su vecina Ceuta también lo consiga. Será la primera vez en la que una fiesta religiosa no católica tendrá carácter oficial en al menos una ciudad española.
Esta noticia fue anunciada el pasado viernes por el Gobierno de la ciudad, del Partido Popular, en el pleno de la asamblea local. El anuncio fue motivado por una interpelación de la diputada de la oposición musulmana de Coalición por Melilla, Dunia Al Mansouri.
Lo cierto es que antes de que ya antes de que esta fiesta sea oficial, tanto en Ceuta como en Melilla, los colegios y la mayoría de tiendas cierran y los funcionarios musulmanes no acuden al trabajo.
La diputada de Coalición por Melilla puso de relieve que en esta ciudad hay nueve fiestas oficiales para la comunidad cristiana y ninguna para los musulmanes, que representan cerca del 50% de la población. De las tres fórmulas que propuso el consejero de Administraciones Públicas, Miguel Marín sólo una parece viable a los diputados musulmanes. Se trata de que la Comisión Islámica de Melilla fije antes del 30 de septiembre de 2009 la fecha de la fiesta en 2010 para así incluirla en el calendario oficial.
El requisito de tener que determinar con un año de antelación la fecha en que se celebrará la fiesta supone un reto para los musulmanes, ya que el inicio de la fiesta suele ser proclamado con tan sólo unas horas de antelación tras observar a ojo la evolución de la luna en el firmamento. Como consecuencia de este procedimiento, no todos los países musulmanes la celebran el mismo día, aunque la diferencia suele ser mínima.
BBarberá
(01/12/2008)