Los 46 países de la ICCAT, a excepción de Libia, han aprobado tras ocho días de negociaciones, un total admisible de capturas (TAC) de 22.000 toneladas para el año que viene, frente a las 27.500 previstas, y la prohibición de pescar atún rojo con cerco en el Atlántico este y Mediterráneo entre el 15 de junio y el 15 de abril, entre otras disposiciones. Un plan que, en su conjunto, ha provocado el rechazo absoluto de los grupos ecologistas.
"No son las medidas ideales, pero son las posibles, porque tenemos que entender que hay muchos componentes que deben tomarse en consideración, y las adoptadas serán cruciales para la conservación" de esa especie, dijo a los medios el presidente de la ICCAT, el brasileño Fabio Hazim.
Otra de las medidas aprobadas es la presencia de observadores de esa comisión en los buques de captura, y la identificación de aquí a 2010 de las zonas de desove del Mediterráneo, con miras a la creación de reservas.
Por su parte, el director general español de Recursos Pesqueros, Fernando Curcio, ha calificado ese acuerdo de "realmente positivo", según el cual "se ha hecho justicia con los intereses españoles tanto desde el punto de vista pesquero como medioambiental", recoge la agencia española Efe.
Según el representante español, "todas las partes han considerado que se ha hecho el máximo esfuerzo posible", y corresponde ahora a los científicos determinar si las medidas puestas en marcha consiguen "incrementar la población del stock de atún rojo", que se encuentra en situación crítica.
En concreto, la postura española está a favor de recortar la actividad pesquera durante el mes de mayo, revisar las derogaciones de talla mínima, suprimir algunas granjas del Mediterráneo "sobredimensionadas" y aumentar las medidas de control.
Esta cumbre, que comenzó el pasado 17 de noviembre, y supone la decimosexta reunión del ICCAT, fue considerada por la Unión Europea como "la última oportunidad" para conseguir introducir restricciones en la pesca del atún rojo, una especie que se halla en situación crítica.
Sin embargo, el inicio de esta reunión empezó con grandes divergencias, por temas como el control de las pesquerías y el total admisible de capturas. De hecho, Fernando Curcio señalaba durante esta cumbre que existe voluntad política para gestionar mejor la pesquería en el Atlántico oriental y el Mediterráneo, pero que no podía prorrogarse más.
Los grupos ecologistas en total desacuerdo con el nuevo plan adoptado
El acuerdo alcanzado por consenso sin embargo ha sido calificado de "fracaso absoluto" para grupos ecologistas como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace, ya que desde su punto de vista ratifica el hecho de que los países de la ICCAT, "con la UE a la cabeza, no están preparados para recuperar un recurso que está al borde del colapso".
"Vamos a asistir a la desaparición del stock y a la bancarrota económica del sector que lo está explotando, con lo cual hoy es un día verdaderamente aciago para el atún rojo y para todos los ciudadanos representados por los países que han fallado aquí sus obligaciones", dijo Sergi Tudela, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace, a la agencia Efe.
Las ONG demandaban el cierre de las pesquerías de cerco durante mayo, junio y julio, los meses de reproducción, y un recorte en las cuotas de pesca hasta establecerlas en 15.000 toneladas anuales, cantidad recomendada según ellos por los propios científicos del ICCAT.
Perjudicado se sintió también Juan Serrano, director general adjunto del Grupo Balfegó, que gestiona cuatro de los seis barcos de la flota pesquera española, según el cual el cierre de la actividad el 15 de junio es una medida "totalmente injusta" que les obligará a incrementar sus esfuerzos e inversiones para capturar el atún rojo.
En definitiva, aunque este encuentro haya salido con un plan de acción en común para los 46 países implicados, para los ecologistas supone la "condena al atún" y deslegitimiza a la ICCAT en la gestión de esa especie.
(25/11/08)