Según declaró Douelfakar a la agencia española Efe, esta fórmula es “una experiencia muy importante que hace que venga gente con sus papeles en regla, que trabajan un tiempo y con los ahorros pasan el resto del tiempo con sus familias, y es una ventaja para las dos partes, para el trabajador y los empresarios".
Este modelo, visto el éxito desde su implantación en la campaña onubense desde hace algunos años, está siendo estudiado para trasladarlo a otras zonas de España o incluso otros países de la Unión Europea, ya que es un modo de contratación que permite la regularización del inmigrante que viaja a otro país por razones económicas y unas relaciones bilaterales a nivel empresarial e institucional muy satisfactorias.
Este año, junto a las 6.695 marroquíes del año pasado se sumaron 9.097 trabajadoras más, siendo un total de 17.000 mujeres procedentes de varias regiones de Marruecos, contratadas por la agencia marroquí ANAPEC. En concreto, este año fueron seleccionadas de puntos tan diversos como Agadir, Fez, Mohamadi y Marrakech.
Todas estas trabajadoras tienen derecho a repetir destino en años sucesivos, lo que permite asegurar que cada año, ellas son las que ganen durante tres meses un dinero que luego invertirán en sus familias, que esperan en Marruecos.
Este año, debido a la crisis, el número de españoles contratados en la campaña agrícola aumentó, al tiempo que el de los trabajadores llegados de Europa del Este disminuyó considerablemente. Marruecos, como país vecino ha salido ganando al respecto, puesto que no ha visto perjudicado su nivel de contratación de origen.
Una vez terminada la recogida de fresas y otros productos de la temporada, las mujeres marroquíes que durante varios meses han estado fuera de su casa regresan junto a sus familias con unos buenos ahorros que les permitan mejorar la calidad de vida de sus hogares. Y así, hasta la próxima campaña que el año que viene le espera al otro lado del Estrecho.
PTZ
(26/05/09)