La Casa de Marruecos es un proyecto impulsado por el Gobierno de Rabat que trata de crear en las principales capitales europeas espacios de promoción para el diálogo, la difusión cultural y la civilización marroquí.
Los funcionarios marroquíes decidieron que Barcelona fuera la ciudad escogida tras un largo debate entre quienes querían que la institución cultural estuviera en Madrid y los que reclamaban que se instalara en la capital catalana, donde habita el contingente de inmigrantes marroquíes mas importante de España.
La polémica inicial quedó zanjada hace tres semanas con un acto protocolario en el palacete Albéniz, ante medio centenar de invitados, cuando el ministro marroquí para los residentes extranjeros, Mohamed Ameur, firmó con el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, un protocolo con el que se pone en marcha el proyecto. El pacto entre el alcalde y el ministro, avalado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, deberá ser ratificado en un pleno municipal.
Rehabilitación total
Si bien el proyecto no está "legalmente" consumado, los técnicos del Ayuntamiento ya han empezado a trabajar en él. Los urbanistas y arquitectos han llegado a la conclusión de que el lugar más adecuado podría ser un viejo edificio en desuso del Jardín Botánico de Montjuïc.
Los primeros planos prevén la rehabilitación interior del inmueble y la construcción de un aparcamiento subterráneo, lo que evitaría ampliar el volumen de la edificación.
Barcelona, convertida en capital de la marroquinidad en España gracias a la Casa de Marruecos y a sus más de 250.000 inmigrantes originarios de este país, pretende utilizar la puesta en marcha de esta institución como un punto de partida para abrir nuevos puentes culturales y económicos con el reino alauí. Hereu tiene pendiente un viaje al reino magrebí, en el transcurso del cual está previsto que inaugure oficialmente la Biblioteca Municipal de Fez, reconstruida con el apoyo técnico y financiero del Consistorio.
Artículo aparecido en El País, escrito por Ferrán Sales
(29/06/2009)