Sin embargo, los resultados de esta huelga, en cuanto a la participación ciudadana, son contradictorios. El balance provisional del Gobierno marroquí cifra en menos del 5 por ciento el seguimiento de la huelga; frente a la afirmación de la CDT de ser una participación “masiva en todo el país” y “en sectores de la función pública como la enseñanza, la sanidad, las colectividades locales y las administraciones, fue seguido por casi el cien por cien de los funcionarios". Aún falta además que se den datos de los colectivos locales y el sector privado.
En lo que sí ha coincidido la prensa local marroquí, es que esta huelga se ha caracterizado por “una circulación más fluida que de costumbre”. Algo que, según indica “L’Economiste”, se debe a que muchas escuelas, comercios y empresas prefirieron acordar un día festivo para evitar “posibles riesgos de desbordamiento”.
Por qué una Huelga General
La sociedad marroquí está en tensión y en un « tira y afloja » costantes. Y es que el ritmo de crecimiento macroeconómico no se corresponde a los salarios ni niveles de vida de la mayoría de la población. Además, están las tasas de paro, siempre desalentadoras para la población más joven, y la sequía que arruina el sector agrícola. Pero la gota que colma el vaso ha sido la abrumadora subida de precios de algunos productos de primera necesidad, que ha provocado la reacción sindical.
Tras cuatro rondas de negociaciones entre los sindicatos marroquíes y el gobierno de Abbas el Fasi, el gobierno marroquí llegó a la proposición de aumentar los salarios el 1 de julio próximo, dedicando 1,45 mil millones de euros (16 mil millones de dirhams) a esta medida. Sin embargo, fue una propuesta “insuficiente“ para el colectivo sindical.
De ahí la convocatoria de varias huelgas. Una la semana pasada, organizada el 13 de mayo por la UMT (Organización Marroquí de Trabajadores) y otros tres sindicatos de peso en Marruecos; y ahora la del pasado 21 de mayo, encabezada por la Confederación Democrática del Trabajo, que desde 1978, año de su fundación, es la 6ª huelga general que convoca.
Entre las reclamaciones de la CDT se contempla precisamente una subida neta de los salarios de 500 dirhams (44 euros) para todos los trabajadores, así como un aumento al 33 por ciento en lugar del 11 por ciento actual de las tasas de los funcionarios, y una “échelle mobile des salaires”.
Además, se pide que el salario mínimo sea al menos de unos 270 euros mensuales; un control más estricto sobre los precios del agua y la luz; y que se regule el precio de los alimentos más básicos o de productos de consumo diario como pueden ser los carburantes, que han subido en precio de forma desorbitada.
Asimismo la subida de los precios alimenticios en los últimos meses ha llevado a la sociedad civil a organizarse por todo el país bajo la asociación “Coordinadora de lucha contra la subida de los precios”, mediante la que se han realizado ya un buen número de manifestaciones civiles.
Basta por ejemplo citar que el año pasado en la capital marroquí, Rabat, se produjeron cerca de 970 manifestaciones y concentraciones. Una cifra que puede que se supere antes de este verano.
La CDT sin otros grandes sindicatos
La CDT había convocado esta huelga sin el acuerdo de otros grandes sindicatos, como los de la UMT (Unión marroquí del Trabajo, de izquierdas), que tiene un peso importante en la industria, y la UGTM (Unión general de trabajadores, cercana al partido Istiqlal, cuyo líder es el Primer Ministro marroquí, Abbas el Fasi. De ahí que esta huelga haya sido seguida de forma desigual según los sectores y los diferentes puntos del país.
En Casablanca, por ejemplo, los principales bancos han estado abiertos, así como parte de las empresas del sector industrial y el de transportes urbanos. Lo que sí es cierto es que el sector de la enseñanza ha seguido con mayor peso esta huelga general, así como el sector privado.
Balance de la CDT
El balance provisional de la CDT había señalado que en sectores como el de los fosfatos, el textil, el transporte y otras actividades industriales y comerciales, empleo y artesanía, el seguimiento de la huelga fue de "más del 60 por ciento de los trabajadores", un índice de participación que le hizo manifestar su satisfacción.
Balance Oficial
En cambio, según los datos recopilados por el Ministerio de Modernización de los Sectores Públicos, en esta cartera y en otros departamentos como el de Energía y Minas; Interior; Agricultura, Pesca Marítima y Desarrollo Rural; relaciones con el Parlamento o Comercio Exterior, la participación fue inferior al 1 por ciento.
En cuanto a la administración central del Ministerio de Educación registró un seguimiento de la convocatoria del 2,18 por ciento y del 1,5 por ciento el sector de la formación profesional, porcentajes muy inferiores a los expresados por el sindicato.
Asimismo, los sectores que más han respaldado la huelga convocada por la CDT, han sido los ministerios de Empleo y de Artesanía, que según cifras oficiales fue del 16 y del 11 por ciento, respectivamente. Y es que no hay que olvidar que una de las reivindicaciones importantes de esta huelga general es que se responda “de manera urgente” al aumento de los precios de los productos de primera necesidad.
Como resultado, tras esta huelga general, se puede apuntar que aunque se haya producido las manifestaciones sin incidentes aparentes, y al margen de la guerra de cifras, la población marroquí está cansada y busca una mejora que no sólo se observe en cifras estatales macroeconómicas, sino en su realidad diaria, como en un acto tan cotidiano como el de comprar pan o agua.
Si el gobierno marroquí no pone solución a esta tendencia de la subida de precios, así como al paro, la frase tan manida por los medios de comunicación de que “Marruecos está al borde la explosión”, va a hacerse realidad. Una realidad que no beneficia a nadie, y que aún está a tiempo de evitarse.
PTZ
(23/05/08)