Según indicó el pasado lunes en Níjar (Almería) la ministra española de Medio Ambiente y Medio Rural, Elena Espinosa, España desea mantener con Marruecos un “modelo similar al que opera con Francia” y señaló que las autoridades marroquíes van a iniciar un documento técnico con el que se dará paso al debate político entre ambos países.
La ministra española destacó que con esta próxima reunión bilateral se cumple el compromiso estatal español adquirido con las principales comunidades productoras de tomate, (Andalucía, Canarias, Murcia y Valencia), para que la próxima renovación del acuerdo de asociación entre la UE y Marruecos, cuya negociación se encuentra actualmente suspendida, no perjudique al sector agrícola español.
Cabe recordar que estas comunidades autónomas españolas firmaron en el mes de marzo un documento conjunto en el que exigían que España no resultara dañada en relación a la revisión del acuerdo de asociación que la UE tiene con Marruecos, ya que se entiende que esta revisión equivaldría a una liberalización del mercado.
Las riesgos que sufriría el sector agrícola español
Esta liberalización pondría en riesgo el que España siga siendo el primer país productor y exportador de tomate fresco dentro de la Unión Europea, con una producción de 2.374.000 toneladas anuales y una exportación que llevó al sector a transportar más de 800.000 toneladas de este producto en 2007 y 884.000 toneladas entre enero y noviembre de 2008.
En concreto, el miedo al acuerdo no es que la UE aumente sus relaciones con Marruecos en el sector agrícola, sino que la revisión del acuerdo permita “ulteriores concesiones” o la distribución de mercancía a nivel trimestral en vez de mensual por parte de Marruecos; algo que provocaría por ejemplo una caída de la renta agraria andaluza del 12 por ciento.
Otros aspectos destacados en el documento firmado por las cuatro principales comunidades productoras de tomate (detentan el 90% de la producción española), son la "potenciación y coordinación" de los controles aduaneros en los puntos de entrada para que Marruecos tenga un verdadero control sobre la cantidad y precios de introducción de sus productos hacia el mercado europeo, y fomentar la “transparencia” en las transacciones mediante un método común que fije el precio de entrada de la mercancía.
Asimismo, la intensificación de los controles fitosanitarios, no permitir la entrada de productos agrícolas que hayan estado sometidos a materias activas prohibidas en el mercado europeo interno, o la reciprocidad entre la exportación-importación fueron otros de los puntos reclamados por Andalucía, Murcia, Valencia y las islas Canarias en el documento de marzo.
Muchos puntos de debate que Marruecos y España intentarán aclarar próximamente mediante la reunión bilateral anunciada por la ministra española, con el interés común de no proseguir con las tensiones comerciales del sector agrícola de cara al resto del mercado europeo, que ha provocado la llamada por muchos “guerra del tomate”.
PTZ
(06/05/09)