Garzón, como juez de la Audiencia Nacional, aceptó la semana pasada iniciar esta investigación como respuesta a la demanda presentada en septiembre de 2006, por parte de asociaciones de derechos humanos y de familiares de víctimas por la desaparición de más de 500 saharauis a partir de 1975, cuando el territorio dejó de ser español y pasó a manos marroquíes.
En este proceso se va a investigar a 13 de los 31 sospechosos presentados por los colectivos de solidaridad con el Sáhara, por “presunto delito de genocidio y torturas”, entre los que cuenta el ex ministro fallecido Driss Basri, que fue la mano derecha del rey Hassan II, en plenos “años de plomo” en los que la represión era la constante en Maruecos.
A parte de Driss Basri, otros altos cargos van a ser objeto de la investigación judicial sobre la represión ejercida en el Sáhara Occidental en los años 70 y 80; unos hechos calificados de “acción compleja y sistemáticamente organizada” sobre los que el juez español se declara competente para juzgar las torturas, detenciones ilegales, secuestros, y la desaparición de 542 saharuis.
Por ejemplo, una de las personas acusadas de delitos de lesa humanidad es Housni Ben Sliman, general de la Gendarmería Real, y que en 1976 fue uno de los mandos policiales que supuestamente ordenó una de las “campañas de detenciones y desapariciones” en la zona de Esmara, según apunta la agencia Reuters.
Ben Sliman fue condecorado en enero del 2005 por el Gobierno español con la Gran Cruz de Isabel la Católica, en víspera de la visita de los Reyes al país vecino.
Otro alto mando denunciado, pero que parece que no será investigado, es Hamidou Lanigri, actual director general de la Seguridad Nacional marroquí y también condecorado con la gran cruz de Isabel la Católica.
El primer paso de esta investigación será citar a declarar el 11 y 12 de diciembre a los familiares desaparecidos, así como enviar una comisión rogatoria a las autoridades judiciales del país vecino, para que notifiquen la apertura del proceso de los querellados.
Noticia en unas fechas de “cierta tensión”
Al tiempo que se anuncia esta investigación, Baltasar Garzón ha pedido a Marruecos que informe si estos hechos (y en concreto los 13 funcionarios sobre los que se ha abierto el proceso) también están siendo investigados por las autoridades actuales marroquíes, y reclama todos los datos “oficiales” que el gobierno de Rabat tenga sobre los 542 desaparecidos, entre ellos su identidad y lugar de inhumación.
La noticia de esta investigación se recibe como un jarro de agua fría, en plena exaltación nacionalista marroquí por parte de las autoridades, en reacción a la visita que los monarcas españoles están llevando a cabo en estos días.
Además, por “juego del destino”, o por elección deliberada, tanto la visita de los monarcas como la noticia de la investigación del juez español coincide en las fechas en las que se conmemora la llamada “Marcha Verde”. Una marcha estratégica de Hassan II, en la que se movilizó a unos 350.000 ciudadanos y 25.000 soldados a través del desierto para apoyar y legitimar la anexión del Sáhara Occidental a Marruecos, durante la crisis política de España en los últimos días del
régimen franquista, el 6 de noviembre de 1975.
Marruecos niega que haya “explotación política” de la justicia española, pero habla de “acusaciones de separatistas” y “cómplices”
No obstante, aunque la visita de los reyes a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla haya sido reprobada por las autoridades marroquíes, que ha desencadenado con la retirada momentánea del embajador marroquí de Madrid, desde Marruecos se descarta que la investigación de Garzón sobre lo ocurrido en el Sáhara desde los años 70 sea usada por intereses políticos.
En concreto, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación marroquí, Taieb Fassi Fihri, subrayó el viernes 2 de noviembre por la tarde, que el Gobierno marroquí “negará toda explotación política de la justicia española”, en respuesta a la decisión de Garzón de investigar el “presunto” genocidio saharaui.
“El Gobierno se asombra de la coincidencia de este asunto con los desarrollos positivos sobre el expediente de nuestra integridad territorial en Naciones Unidas y la acogida favorable de la que es objeto la Iniciativa marroquí de autonomía de las provincias del Sur’”, indicó el ministro según informa la agencia marroquí MAP.
Dicha voluntad marroquí, añadió, “contrasta con la intransigencia de los separatistas y su voluntad de impedir el desarrollo del proceso actual de las negociaciones”.
El ministro de exteriores reiteró la negativa total del Gobierno marroquí contra las “acusaciones infundadas de genocidios presuntos o crímenes contra la humanidad”; al tiempo que subrayaba a la agencia marroquí que “ninguna organización internacional o marroquí pro Derechos Humanos ha proferido jamás tales acusaciones” contra Marruecos.
Respecto a la noticia, Farsi Fihri afirma que el objetivo de Garzón es “dar eco mediático a las acusaciones” de las personas que emitieron la demanda en 2006 al juez, a quienes calificó de “enemigos de la integridad territorial del Reino de Marruecos, sostenidos por asociaciones y diferentes medios”.
Como cierre, el ministro marroquí añadió a la MAP que, tras una reunión de alto nivel entre los Gobiernos marroquí y español en marzo de 2007, la Audiencia Nacional consideró esta querella “extraña e infundada”, puesto que algunos de los nombres de la lista eran menores de edad en el momento de los hechos; lo que “demuestra una vez más que las acusaciones no tienen ninguna lógica y están orquestadas por “los separatistas y sus cómplices”, incidió Farsi Fihri.
Los medios marroquíes y españoles dan cabida a esta investigación, que si de por sí es llamativa por el momento de su anuncio (a una semana de la conmemoración de la Marcha Verde), lo es aún más con la visita de Juan Carlos I y Sofía a Ceuta y Melilla.
El proceso se ha puesto en marcha, y se seguirá de cerca las investigaciones, si el Marruecos actual y en pro de la modernización y democracia se decide a colaborar con la justicia española, y si se llega a aclarar un episodio de la historia tan doloroso para unas partes como a otras; pero sobre todo para las familias de los torturados y desaparecidos.
PTZ
(05/11/07)