La entrevista que Fathallah Arsalan concedió a la Agence France Press (AFP) ha servido para devolver a la escena mediática al movimiento islamista marroquí Justicia y Caridad, pues argumentó que al Adl ua al Ihsan (nombre del movimiento en árabe) acepta la libertad de conciencia. El vice-secretario del movimiento islamista sale al paso de las últimas declaraciones en torno a la práctica de la religión en Marruecos.
La libertad de conciencia es un tema de moda en Marruecos. La semana pasada, en presencia del rey, el imán de una mezquita de Safi dio una homilía al respecto, diciendo que el Islam no está en contra de la libertad de conciencia. Hoy, al Adl ua al Ihsan sigue esa misma línea. Para Justicia y Caridad, es imprescindible no dejar la exclusiva en la cuestión al monarca en ese tema tan sensible para los laicos en Marruecos y para Occidente en general. Justicia y Caridad contraataca a través de su número dos.
En la entrevista concedida a AFP, Fathallah Arsalan dice sin rodeos que «no debería ejercerse ninguna presión sobre la elección personal, sobre su relación espiritual y el derecho a conocer a Dios». Añadió que «algunas personas comen públicamente durante el Ramadán y otras no quieren ser enterradas en un cementerio musulmán. ¿Vamos a matarlos o forzarlos a seguir el Islam? ¡Nunca! Debemos afrontar las diferencias». «La verdadera democracia es suficientemente abierta para apoyar todas las opiniones», concluyó.
¿Un doble lenguaje de los islamistas?
«Los movimientos tienen dos discursos: moderado cuando se encuentran en las filas de la oposición, y radical, una vez ya en el poder», dijo Driss Ganbouri, experto en movimientos islamistas. «La posición favorable Fathallah Arsalan sobre la libertad de conciencia es más un punto de vista político y no jurídico, por lo que puede cambiar en cualquier momento.
Las declaraciones de Arsalan pretenden fortalecer los vínculos entre el islamista Al Adl ual Ihsan y los grupos de extrema izquierda en Marruecos. Los partidarios de Al Adl ual Ihsan mantienen buenas relaciones con la PSU (Partido Socialista Unificado) y la CNI y la AMDH, la ONG Human Rights próxima a Annahj Addimocrati.
Sirva como modelo Egipto, donde antes de la caída del régimen de Mubarak los Hermanos Musulmanes también tenían excelente trato con la izquierda de Ibrahim Shukri, el fundador del Partido de Acción Socialista.
No obstante, no hay que olvidar, por ejemplo,el caso de Rachid Ghannouchi, líder del partido Nahda en Túnez. Durante su exilio en Londres, fue un paso más allá que Arsalan, hasta el punto de declarar que el Islam es laico. En ese momento, quería dar una imagen de un líder islamista abierto y moderado. Pero actualmente Ghannouchi está en el poder y esa postura forma ya parte del pasado.