Según recoge la agencia marroquí oficial MAP, Maazuz planteó esta idea cuando su homólogo español, Miguel Sebastián, visitó Marruecos, y según el ministro marroquí, Sebastián “prometió examinar el asunto con los responsables autonómicos” españoles.
Las calificadas “amenazas” de los agricultores españoles se han evidenciado, según Maazuz, durante el transcurso de las negociaciones que Marruecos mantiene con la Comisión Europea sobre la revisión del protocolo agrícola entre el país y la Unión Europea.
Para el ministro marroquí, estas reacciones están motivadas por los temores de los agricultores españoles en cuanto a la fuerte competitividad de los productos agrícolas marroquíes, así como por la voluntad de presionar a la Comisión Europea.
Por su parte, las voces españolas del entorno agrícola apuntan a un incumplimiento por parte de Marruecos sobre el precio de los productos exportados a Europa que había sido previamente pactado en el acuerdo marroquí con la UE.
En medio de esta tensión de la ya calificada “guerra del tomate”, la creación de esta comisión puede ser entendida como un signo de voluntad por parte de Marruecos para dialogar junto a las comunidades autónomas españolas sobre el desacuerdo y malestar que experimenta el sector agrícola español ante el comportamiento marroquí respecto a su forma de exportar en el mercado europeo. El problema es que es una guerra de intereses muy bien definida.
PTZ
(16/04/09)