“Nemo propheta acceptus est in patria sua”
O nadie es profeta en su tierra
Aunque el papel queméis,
no quemaréis lo que el papel encierra;
que dentro de mi espíritu,
a pesar de vosotros, se conserva
y conmigo camina
a dondequiera que mis pies me llevan.
Es lo que dijo Ibn Hazm cuando el reyezuelo sevillano al-Mutadid de Sevilla mandó sus obras a la hoguera. Ibn hazm ó Abu Muhammad Ali Ibn Hazm nació en Córdoba, la madrugada del miércoles 30 de Ramadán del año 384, correspondiente al 7 de Noviembre del 994 de nuestra era". Fue jurista, teólogo, genealogista y poeta y escribió una de las obras cumbre de la literatura hispanomusulmana: «El collar de la paloma» (Tauq al-hamamah). Este «tratado sobre el amor y los amantes» de raíz neoplatónica constituye una reflexión poética, y en parte autobiográfica, sobre las formas del amor profano y divino en la civilización musulmana. Escrita en una elegante prosa que se combina con el verso, esta célebre obra influyó considerablemente en las literaturas oriental y europea del Medioevo.
Habla de un Islam diferente al que vemos hoy, un Islam abierto y de vanguardia, de una religión que respetaba a la mujer y un entorno que la veía como tiene que ser vista y no como las mentes en blanco la encierran en negro. Su tratado parece hablar de una nanotecnología relacional, de una realidad sacada de un ideal que jamás ha existido, porque si el que lo lee echa un vistazo a lo que esta pasando hoy en día, no puede entender como la misma fuente puede dar dos aguas imposibles de mezclarse.
Saquemos de las entrañas de nuestra historia ( o histeria depende de donde se mire) los contrastes que nos permiten ver que el Islam no es lo que nos venden en las cajas de ántrax y bajo las camisetas los clones de la fábrica Ben Laden, no es lo que guía la vista de un hombre hacia abajo para mirar a una mujer, ni es lo que deja una mujer de rodillas para ver al hombre más grande de lo que es realmente.
Con solo hojear uno de los libros de Ibn Hazm o Nefzaoui, Tifashi, Djahane (la mujer de Omar el Khayam) etc, nos damos cuenta de que nuestros antepasados eran más libres que nosotros, sus bibliotecas y las tardes y noches de sus charlas estaban repletas de tratados eróticos que contemplaban todas las facetas de las relaciones tanto afectivas como sexuales de los musulmanas y musulmanes.
Los erotólogos daban clases en las mezquitas y en las universidades de los califatos más potentes de la era islámica, se hablaba de la sexología como se hablaba del Ramadán y de las conquistas. Se declaraban admiradores de la mujer, e incitaban los hombres a prestar toda la atención necesaria a satisfacer la mujer, y dar tiempo a conocer su cuerpo, uniendo el placer del hombre a aquel de la mujer.
¿Nuestros erotólogos prestaban poca atención a las recomendaciones de la CHARIÂA?, ¿No les importaba lo que venía en el Corán?, ¿No querrían saber nada de infiernos y demonios?, ¿Y que pasa con la ira de los islamistas ortodoxos de su época?, ¿no iban a pedir un juicio y una sentencia de muerte para los libertinos?
Todo lo contrario, para ellos el amor carnal era la más grandiosa creación divina que mejor habla del poder que ha puesto Dios en sus criaturas. Del amor de Dios, al amor de la mujer creada por Dios, hay un pequeño paso que unas y unos lo dan alegremente amando a Dios y disfrutando de su creación.
¿Por qué entonces esta reputación de que los musulmanes son unos brutos en las alcobas y que carecen de respeto hacia sus mujeres ¿Será porque nos hemos vuelto tan encerrados en unas burbujas de paredes sucias que no dejan que los de fuera que nos vean ni nos deja a nosotros ver lo que esta pasando fuera? ¿O es por el retraso y frustración emocional? ¿Es por prohibirlo todo y tener que ir detrás de las tiendas para hacerlo a escondidas? ¿O es debido a esta hipocresía social, que permite que todo se haga mientras ella tiene la cabeza metida en un saco de prejuicios, prohibición e inhibiciones, chupando la sangre de la dignidad de sus hijas?
¿O será que debido a la decadencia de la ciencia musulmana, las mujeres estamos ahora pagando precios exorbitantes fuera y dentro de casa, culpándonos de todos los males de la humanidad (empezando por echar a Adán del paraíso)?; Nefzaoui ha escrito un manual de la sexualidad musulmana y pone como introducción:”Lo juro delante de Dios, el conocimiento de este libro es ciertamente necesario para el hombre. Solo los ignorantes y los enemigos de la ciencia no lo leerán o lo pondrán en ridículo”; esto lo dejaría sin comentarios para no dar estadísticas de cuantos millones de musulmanes están incluidos en esta compartimentación.
Chihab Eddine Ahmed Tifazhi era juez en El Cairo y Siria, autor de publicaciones científicas y teológicas. Su obra mas famosa fue ‘El deleite de los corazones fundado sobre una materia que no esta en ningún tratado’, equivalente al Kama Sutra, en la que pasa examen a todas las posiciones sexuales, secretas y marginales (sodomía, pederastia, lesbianismo, homosexualidad,…etc.) organizadas al margen de la institución de matrimonio en los centros urbanos durante la edad de oro musulmana.
Mohammed Ibn Ahmed Tijani, gran conocedor del Corán y de la Chariâa, es más ortodoxo que los dos anteriores. Escribió ‘El coronamiento de la novia y jovialidad de los seres’. Su tratado se concentró en la constitución matrimonial pero no dejó nada sin comentar, del arte de la seducción pasando por los preliminares y llegando al acto sexual, dando los íntimos detalles del saber acumulado por la civilización musulmana. Su reto fue explicar porque la mujer tiene derecho a vivir el acto sexual tanto como el hombre.
Avicena defendía la libertad sexual como un remedio psicológico y del otro lado del mundo islámico Ibn Hazm estimaba que en lo que al apetito sexual se refiera el hombre y la mujer están sobre el mismo pie de igualdad mientras que el filosofo Ibn Hamid criticaba el machismo de los hombres durante el acto sexual interesándose solo por alcanzar su propio placer antes de que la mujer alcanzara el suyo.
Mientras que estos teólogos y los ulemas de los primeros siglos después de la HEJIRA hablaban en las mezquitas del derecho del marido a contemplar la intimidad de su mujer antes del coito, y que otros se especializaban en sexología y escribίan tratados sobre casos concretos, un Imam del AZHAR acaba de sacar una fatua que dice que desde ahora el hombre musulmán no tiene derecho a contemplar el cuerpo de su mujer y que el acto sexual se tiene que hacer a oscuras, ¿Entonces para qué casarse y gastar tanta energía en conseguir vivir con el objeto más odiable que ha creado Dios para amargar la vida a sus hombres : la mujer y sus caprichos diabólicos? ¿No basta con comprar un muñeco para aquellos que no pueden aguantar toda una vida en espera de las sirenas vírgenes del paraíso? y no se hable más.
¡Ah la procreación!…pues para qué dar vida a un hombre que luego hará todo para despreciar al acto que le llevó al mundo, o dar a luz a una mujer que odiara las noches en que se convierte en mesa de planchar?
El Islam aparte de reconocer y divulgar el acto sexual, también lo ha desnudado de todo sentimiento de culpabilidad y despejó sus cielos de tabúes y lenguajes de madera. Y como ironía del destino, los judíos y los cristianos se han liberado de los inhibidores que les ataban a las sillas, dando riendas sueltas a sus pies para bailar en pareja, mientras que los musulmanes han decidido para las musulmanas que la música está prohibida y que bailar acerca los pasos hacia el infierno y las mentes hacia la lujuria.
¿Como es que los descendientes de unos hombres que dedicaban obras completas a descubrir la mujer, a glorificarla, a entenderla y amarla, sean tan brutos y busquen cualquier excusa para regir una ley, que la despoje de mas derechos y le añade más velos y más heridas?
El profeta Mahoma era un hombre seductor que adoraba a la mujer. Decía en uno de sus esfuerzos pedagógicos para explicar las ventajas de los preliminares y las caricias “que nadie de vosotros se tira sobre su mujer como una bestia” (hay que ver la selva en la cual vivimos ahora y las bestias que visten de trajes y andan con móviles colgados del cuello). Sus dichos dieron lugar a muchas interpretaciones y a muchos tratados implícitos y explícitos.
También decía amar por encima de todo a la mujer y al perfume, y era el primer guía sexual de sus seguidores, aunque en casos concretos el profeta tenía unos actos que iban totalmente al contrario de lo que se decía en el Corán; los dos casos más conocidos tienen que ver con Aicha su esposa favorita que decía que cuando tenía la regla el profeta se apoyaba sobre su jirón y recitaba el Corán. Esto en una sociedad patriarcal que rechazaba cualquier contacto con una mujer durante el periodo de regla en un tema ya zanjado en el sagrado Corán con la AYA que dice: “los creyentes te preguntan sobre la menstruación, responde: es un mal. Teneros lejos de las mujeres durante la menstruación” (Sourat Al Baqara versículo 222), en el mismo espectro de dualidad podemos hablar de lo que le dijo el Profeta a Aicha cuando esta ultima estaba bajo sospecha de adulterio: “si te arrepientes delante de dios es suficiente para mi” mientras que en el Corán la AYA que trata el adulterio dice: “ relegar aquellas de las cuales se teme una infidelidad en habitaciones a parte, y pegarlas” (Sourate Imran, versículo 34) “¿Es un discurso doble? ¿Una manera de dar gusto a todos los paladares? O es una manera diplomática de decir que no todo es blanco y no todo es negro que los matices grises permiten todo tipo de interpretación.
¿En qué nos hemos convertido? Cada vez el negro invade más espacios, ha llegado hasta las alcobas se abre camino hacia el útero, el parto se anuncia mortal, y el grito prometedor de un giro mortal….para quién? Cada vez la grieta entre los dos lados de la cama se hace más profunda, en ella están cayendo tantas esperanzas y la están llenando mares de lagrimas y anhelos callados….es primavera…al bebé le darán el nombre de un sabio de Córdoba y a la niña la llamaran como la adorada de Omar el Khayam….
Si la Alhambra sigue en pie para recordarnos una grandeza, un imperio y un paraíso perdido, las mujeres musulmanas suníes, chiítas, kurdas, árabes, persas, magrebíes, están allí en cada mirada ausente, en cada melodía callada, en el silencio de sus noches frías al lado de unos cuerpos inconscientes de sus crímenes emocionales y existenciales, gritando un derecho invisible en una cama que usurpa sus cuerpos el derecho de pintar sus emociones y brindar con los placeres de los mortales pecadores.
Dίme como eres en la cama y te digo como estás en una mesa de negociaciones…la diplomacia empieza en la cama, los tratados en las alcobas…no me extraña que los musulmanes actuales sigan sin saber llegar a un acuerdo sin pedir la píldora azul, hacerlo a oscuras y sin prestar atención a las letras pequeñas.
(04/05/06)