La crisis hispano-marroquí suscitada en noviembre por la visita de los reyes españoles a Ceuta y Melilla (Sebta y Melilia) produjo, entre otros problemas generados, el aplazamiento de la reunión entre la ministra española de Fomento, Magdalena Álvarez, y el ministro marroquí de transportes, Karim Ghellab, prevista para el pasado mes de diciembre.
Una vez que el embajador marroquí, Omar Azziman, ha regresado a Madrid, y la normalidad diplomática empieza a recuperar el mismo ritmo que en octubre, los proyectos y reuniones entre autoridades de ambos países vuelven a retomar las tareas pendientes.
Según ha afirmado el diputado socialista portavoz de Infraestructuras, Salvador de la Encina, la reunión sobre la construcción del Túnel del Estrecho, que unirá Europa con África desde España y Marruecos, se producirá “en breve”.
De la Encina ha añadido que “el aspecto técnico ya ha dejado de ser un problema, lo que preocupa es el tema económico”, ya que el proyecto podría costar, “como mínimo 5.000 millones de euros”.
Cabe recordar que Magdalena Álvarez y su hómologo marroquí acudieron en el mes de junio pasado a la Unión Europea para pedir ayuda económica. En esa visita a Bruselas se llegó al acuerdo de una nueva reunión prevista para septiembre con el director general de Relaciones Exteriores, Eneko Landáburu, para estudiar "cuál sería el encaje de este proyecto en las fórmulas de la UE”.
Desde la iniciativa española el proyecto ha sido incluido en el Plan de Infraestructuras 2005-2020 del Ministerio de Fomento español, que prevé la construcción de un doble túnel ferroviario de 38,7 kilómetros de los que 27,7 son bajo el mar, y que conectará Punta Malabata en Marruecos (cerca de Tánger) y Punta Palomas en España (cerca de Tarifa).
Aún no se ha hablado de la financiación que la UE pueda aportar a la construcción del túnel, ya que falta definir el itinerario de éste, ni la que Marruecos está dispuesta a aportar. No obstante, la ministra española insistió en que, una vez establecida la ayuda económica, “se tratará de llegar a una fórmula mixta en todos los sentidos”, debido al gran volumen de inversión que requiere el proyecto.
De hecho, cuando se calcule el importe total del proyecto, se pedirá ayuda al Banco Mundial, al Banco Europeo de Inversión y al Fondo Árabe de Financiación.
No obstante, queda en el aire la realidad de este proyecto, puesto que no sólo la cuestión económica podría suponer un inconveniente para la realización de este ambicioso proyecto.
Las constantes corrientes marítimas (que unen el Mediterráneo con el Atlántico) y la profundidad del Estrecho, serían también problemas logísticos que rozan el límite de lo posible. Según varios estudios, los túneles se ubicarían a 500 metros para debajo de la superficie marina.
Durante este año se presentarán todos los estudios informativos geológicos y técnicos, que se vienen realizando desde 2006, y serán definitivos para demostrar si el túnel que conecte Europa con África por el Estrecho de Gibraltar puede hacerse realidad.
(17/01/08)