(04/07/11).- El rey Mohamed VI y su propuesta de nuevo texto constitucional han resultado ganadores en su apuesta para contener la ‘Primavera Árabe’ en Marruecos: la nueva Constitución ha salido finalmente aprobada con el 98,5%. Una cifra aplastante que deja algunas dudas en el camino.
La otra victoria del Rey es la de la participación, superior al 72%, más alta que en otras ocasiones. Aunque, según puntualizaba El País el 3 de julio, este es un dato matizable, porque “en Marruecos hay cerca de 23 millones de adultos de los que solo 14 millones se registraron” para votar. La nueva Carta Magna, cuya campaña desde que se comunicó hasta que se votó solo ha durado nueve días, transfiere al poder Ejecutivo potestades otrora exclusivas del monarca. No obstante, Mohamed VI seguirá conservando las prerrogativas más importantes de gobierno y autoridad.
Como era de esperar (ningún partido pidió el ‘no’, mientras que el Movimiento 20-F, muy activo últimamente, y otras formaciones islamistas e izquierdistas llamaron al boicot), la mayoría de la prensa marroquí cerró filas en torno al ‘sí’. “Éxito sin precedentes en el referéndum”, se leía en Le Matin; “Tras el referéndum, el desafío es aplicar la nueva Constitución”, titulaba Au Fait Maroc; “Ruptura” [con la manera antigua de gobernar el reino], decía un editorial de L´Économiste, más explícito que los anteriores.
Llama la atención el apoyo dado por medios y personalidades españolas al texto fundamental. A través de un foro en el que participan, PSOE y los sindicatos CC OO y UGT defendieron la nueva Carta Magna. Por su parte, el diario El País opina en su editorial del 4 de julio que “la nueva Constitución debe ser el punto de partida para la democratización real del país”.