Marruecos liberará a casi un centenar de presos políticos, entre ellos varios islamistas, en el mayor indulto de este tipo en el reinado de Mohamed VI y que se presenta como un gesto de apaciguamiento tras las reivindicaciones de grupos pro derechos humanos y jóvenes contestatarios que piden reformas políticas profundas.
Las medidas de gracia afectan a 190 presos, de los cuales 96 recibieron el indulto total por el resto de su condena, 53 una remisión de su pena, a 37 se les conmuta la cadena perpetua por penas menores, y a otros cinco, la sentencia a muerte por prisión.
Entre los excarcelados están seis islamistas con fama de moderados, como Mustafá Moatasim, jefe del partido Al Badil al Hadari (Alternativa Civilizadora) disuelto en febrero del 2008. Estas personas fueron condenadas en el marco del caso del belga-marroquí Abdelkader Belliraj, acusado de haber dirigido una supuesta red yihadista de 35 miembros y condenado a cadena perpetua en julio del 2010.
Entre los liberados figura también Chakib al Jiyari, condenado a tres años de prisión en el 2009 por ofensa al Estado al denunciar el tráfico de drogas en el norte de Marruecos.
El indulto real «crea un clima positivo en el marco del debate que busca dejar atrás el pasado. Esperamos que todas las partes sean conscientes de la pertinencia de la decisión real», declaró el ministro de Comunicaciones, Jalid Naciri. La decisión se inscribe en un clima de apertura frente a grupos de jóvenes como el Movimiento del 20 de Febrero, y después del discurso de marzo, en el que el rey anunció importantes reformas políticas.
Un tribunal de Casablanca liberó a tres militantes saharauis acusados de atentar contra la seguridad de Marruecos. Los tres saharauis (Alí Salem Tamek, Ibrahim Dahhane y Ahmed Naciri), así como otros cuatro (entre ellos una mujer) liberados, fueron detenidos en octubre del 2009 en el aeropuerto de Casablanca, cuando regresaban de Tinduf, en el sur argelino, bastión del Frente Polisario.