Antaño, cuando la religión se cumplía a rajatabla y las leyes se aplicaban con más dureza, estaba mal visto que los musulmanes consumieran alcohol pero, en la actualidad, la compra de estas bebidas está a la orden del día.
“Si queremos que se reduzca el consumo de alcohol, hay que evitar incitar a beberlo. Somos realistas y proponemos medidas que puedan ser aplicables, porque sabemos que no se puede dejar de vender alcohol”, apuntó el presidente del Consejo Nacional del Partido de Justicia y Desarrollo (PJD), Saad Edine Othmani. Nadie parece conocer la legislación que prohíbe la venta de alcohol a musulmanes y que data del protectorado francés, es decir, de hace más de medio siglo.
Para acabar con esta tendencia, los islamistas moderados del PJD han presentado una proposición de ley en la que recuerdan que está prohibida la venta de alcohol a musulmanes y señalan que, “por consecuencia, no se puede aceptar ningún tipo de publicidad para estos productos”.
El texto propuesto por el PJD recoge que “está prohibida la publicidad de los productos alcohólicos”, pero también “la exposición de todos los productos alcohólicos y toda actividad que pueda hacer publicidad de los mismos”. Esta última cláusula impediría tener en los mostradores las bebidas de este tipo, así como realizar fiestas promocionales.
El escrito prevé, asimismo, las posibles sanciones en caso de no respetar esta ley, que podrían equivaler a una pena de prisión de tres meses a dos años y una multa de entre 10.000 y 250.000 dirham marroquíes (entre 900 y 22.500 euros).
Ciertamente, el sector de bebidas alcohólicas de cualquier supermercado en las ciudades marroquíes tiene siempre mucha actividad. Está separado del área de venta del resto de productos, pero no representa ningún problema adentrarse en él y salir con varias botellas en la mano.
Hasta ahora, el consumo etílico no estaba reflejado en ninguna ley marroquí, puesto que estaba restringido, pero hace tres semanas se aprobó una medida que prohíbe expresamente conducir un vehículo bajo los efectos del alcohol.
Para Othmani, “el hecho de que por fin se haya introducido el alcohol en las leyes es un avance”. “Se reconoce que sus efectos son muy nocivos, que alteran las capacidades de los consumidores y, por eso, nosotros sugerimos que se prohíba su publicidad”, señaló a Efe Othmani.
De hecho, el encargado de uno de los establecimientos de la cadena de supermercados “Label’ Vie” afirma con contundencia que “Marruecos es un país libre y cada uno compra lo que quiere”. Este hombre, que prefirió no dar su nombre, asegura que quienes adquieren bebidas alcohólicas son principalmente los hombres, pero también las mujeres occidentales y, cada vez más, las marroquíes.
La viabilidad del proyecto es cuestionada por algunos miembros de la oposición, ya que consideran que, aunque nada es imposible, “las probabilidades de que la propuesta sea aprobada son mínimas, porque el PJD cabalga prácticamente solo en esta cuestión”, según un diputado anónimo citado por el diario “Le Soir”.
Como señala el propio Othmani, “nunca se sabe cuándo llegará la respuesta, podría tardar dos meses, o años”. Pero, incluso si fuera aprobada, podría terminar como tantas otras leyes marroquíes: en el olvido.
(05/02/09)