En el cierre del Ramadán el nuevo Parlamento marroquí acaba de inaugurarse, compuesto por la Cámara de Consejeros, (una especie de Senado con 270 escaños) y la Cámara de Representantes, con 325 escaños configurados tras las legislativas del pasado mes de septiembre, en donde el partido del Istiqlal salió ganador con 52 escaños seguido del partido islamista moderado Justicia y Desarrollo (PJD), con 46 escaños y que se configura como la fuerza de oposición de esta nueva legislatura.
En este contexto de apertura de la octava legislatura de Marruecos, su monarca, Mohamed VI llamó al Parlamento a ser "más efectivo" y a ejercer "eficazmente" sus competencias, “tanto la legislativa, la representativa como la de control”, para que sirva de “modelo” a las instituciones constitucionales, “dentro del respeto de la Constitución, de la separación de poderes, y del equilibrio y cooperación entre las mismas, por cuya consagración siempre velamos”, señaló el rey.
Asimismo, Mohamed VI llamó a contribuir a una “mayor irradiación” internacional de Marruecos, sobre todo de cara a las próximas citas, como la de la entrada en vigor de los Acuerdos de libre cambio, el Estatuto Avanzado con la Unión Europea y los retos planteados por la globalización, y a seguir una “diplomacia parlamentaria profesional”.
En su discurso apeló a la oposición gubernamental, encabezada por el partido islamista PJD, a ser “positiva y responsable” para concebir una vida política y labor gubernamental “eficiente”, con ideas que “sean constructivas y se propongan alcanzar el interés de la Nación, lo que es igualmente aplicable a la mayoría parlamentaria”.
Como tareas para el nuevo gobierno y parlamento, Mohamed VI pronunció en su discurso tres eje fundamentales sobre los que centrar la labor gubernamental: la “causa nacional” (Sahara), la consolidación de los pilares de un Estado fuerte y las prioridades “apremiantes” tales como la continuación de las reformas y la consagración de los “logros” políticos y de los derechos humanos.
Respecto a la consolidación de los cimientos de un estado fuerte, el monarca marroquí precisó que para ello era necesario el “imperio de la ley y la preservación de la identidad nacional, en el seno de la apertura sobre la época que nos ha tocado vivir, además de consolidar la seguridad y la estabilidad, resguardándonos de las tendencias hacia el extremismo y las amenazas terroristas”.
En cuanto a las reformas políticas en pro de los derechos humanos, también añadió “los grandes proyectos estructurantes, la administración territorial, el turismo y la vivienda, así como los equilibrios macroeconómicos, la productividad y la competitividad, la modernización de los sectores públicos, el fomento de la libre iniciativa, de la empresa productiva y del sector privado”.
En este sentido, el monarca llamó al próximo Gobierno a “cristalizar un proyecto urgente para la consolidación de los logros y la recuperación de lo perdido, a través de una puesta en marcha ejemplar de las disposiciones de la Carta Nacional de la Educación y la Formación, así como adoptar soluciones valientes y eficaces para los verdaderos problemas de este sector vital, en el seno de una labor de consulta y coordinación con la institución constitucional representativa del Consejo Superior de la Enseñanza”.
Llamó igualmente al próximo Ejecutivo a consolidar la “buena gobernanza” mediante la reforma administrativa y la habilitación y modernización económicas, a fin de acabar con el problema del desempleo y crear oportunidades de trabajo.
El nuevo Primer Ministro, Abbas El Fassi, líder del Partido conservador Istiqlal, nombrado el 19 de septiembre, había prometido anunciar la nueva formación del gobierno, antes de la inauguración del Parlamento; algo que no ha sucedido, y aún queda en el aire las negociaciones con los partidos con los que ha decido formar la coalición gubernamental: el USFP, MP, RNI y PPS.
En 2002 el gobierno tampoco se formó hasta noviembre, tras la instalación del parlamento, por lo que se ha seguido la misma tendencia en esta ocasión.
El punto más conflictivo para llegar a la formación gubernamental es la lucha de los partidos Unión Socialista de las Fuerzas Populares (USFP, quinto en estas legislativas), el Movimiento Popular (MP) y el RNI para ocupar el mayor número de carteras ministeriales. Un debate en el que El Fassi sigue sumido por el momento.
(15/10/07)