El viernes 25 de octubre la fundación DARA presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid los resultados del informe “Sáhara Occidental: claves para superar el estancamiento”, realizado por International Crisis Group. Robert Malley, director del Programa de Oriente Medio y Norte de África de Crisis Group, emitió una serie de recomendaciones a través de las cuales se llegaría a una solución favorable para superar uno de los conflictos más longevos y desatendidos del panorama internacional.
“Al empezar la elaboración del informe nos planteamos dos cuestiones: por qué se trata de un conflicto interminable y cómo debería resolverse”, afirma Robert Malley, al comienzo de su comparecencia. “Y llegamos a la conclusión de que todas las partes del conflicto se han beneficiado de esta situación de status quo”, asevera Malley.
Según International Crisis Group, esta situación de estancamiento beneficia tanto a los actores protagonistas (Marruecos, el Frente Polisario, Argelia) como a los países occidentales, entre los que destacan Estados Unidos o Francia.
Tal y como indica el informe de Crisis Group, “para Marruecos una solución desfavorable podría tener consecuencias internas muy serias, pues la monarquía ha convertido el tema en una poderosa fuerza de unidad nacional”. Asimismo, “si la opción de la autodeterminación no se pone en práctica, el Frente Polisario perdería toda su credibilidad”, asegura Robert Malley, quien señala incluso un posible fin político de esta organización, que cuenta en la actualidad con el apoyo de 80 países. En cambio para Argelia, tal y como refleja el estudio, “una solución desfavorable implicaría la pérdida de peso político en sus relaciones con Marruecos y la derrota de principios que ha defendido desde hace más de tres decenios”.
Además, este conflicto ha generado una serie de costos humanos, políticos y económicos que deben tenerse en cuenta para alcanzar su resolución. No obstante, para los actores protagonistas dichos costos parecen inferiores a los costos de una solución que perjudicaría a algunas de las partes.
Crisis Group señala que las poblaciones saharaui, por un lado, y la marroquí, por el otro, están pagando los altos costos del estancamiento. En especial la población saharaui, que lleva más de 30 años malviviendo en los campamentos de Tindouf. “Los saharauis han aguantado el exilio y la pobreza; cada día se sienten más abandonados por la comunidad internacional”, indica el informe.
Propuestas de solución
Crisis Group considera “un avance prometedor” las últimas proposiciones de Marruecos y el Frente Polisario de cara a la resolución del 30 de abril del Consejo de Seguridad, que promovía las negociaciones directas entre las dos partes. Sin embargo, según Robert Malley, “los últimos encuentros en Manhasset (EEUU) no han conseguido resolver la situación de ‘impassse’. No hay ninguna voluntad de compromiso”.
Una de las claves para superar el estancamiento es cambiar el marco de las negociaciones, y para ello la postura de Naciones Unidas es primordial. “El Consejo de Seguridad debe garantizar la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental, responsabilidad que asumió desde el principio del contencioso, o bien instar a Marruecos, al Frente Polisario y a Argelia a solucionar sus problemas entre ellos de la mejor manera posible”, señala el estudio.
En opinión de Robert Malley, la ONU ha fracasado en su papel de mediador y promotor del referéndum de autodeterminación y “no ha asimilado la lección derivada de este fracaso”. Al contrario, el Consejo de Seguridad parece haber abandonado la defensa de este principio al no ejercer una presión sobre Marruecos para que éste lo aplicara.
“Si se permitiera que Marruecos, el Frente Polisario y Argelia negociaran por sí solos, se podría lograr una solución del conflicto”, garantiza Malley, quien alude a la razón de Estado y a una serie de concesiones recíprocas que los protagonistas deberían barajar.
Los expertos de Crisis Group van más allá del principio de la autodeterminación y hacen hincapié en otros principios en juego: la integridad del territorio nacional, tal y como lo conciben los marroquíes, y la legitimidad de la monarquía; la preservación de la identidad de la población saharaui y la representación de sus intereses, tal y como reclama el Frente Polisario; y la inviolabilidad de las fronteras, la preservación del equilibrio estratégico en el Magreb, así como el respeto de sus compromisos con el Polisario, tal y como exige Argelia.
Según Crisis Group, una negociación que tuviera en cuentas dichos principios acercaría las distintas posturas hasta alcanzar una solución. “Si las partes llegan a tal acuerdo, sería posible someterlo a consideración de la población del Sáhara Occidental para su ratificación, pero no equivaldría al ejercicio del principio de autodeterminación. Pero al garantizar el consentimiento, de todos modos legitimaría la solución acordada a los ojos de los más directamente afectados”, concluyen los expertos.
Paloma Casanueva