Después de una misión en diciembre de 2012 a Rabat, los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicaron el 5 de abril un informe en el que aprobaban los resultados del control macroeconómico del país.
En febrero de 2013 finalizó la primera revisión que el Fondo Monetario Internacional realizó sobre el plan de desembolso en dos años de 6.200 millones de dólares para Marruecos, como parte de una línea de liquidez para apoyar las reformas en el país alauí y contener riesgos en caso de un empeoramiento de la crisis de la eurozona.
El FMI desembolsó 3.550 millones de dólares en 2012 y el resto del dinero comprometido se facilitará durante el segundo año, para que Marruecos lo tenga a su disposición, pero que sólo utilizará en caso de emergencia por problemas en la balanza de pagos.
El incremento del PIB en Marruecos no superó el 3% en 2012, es decir, empeoró pues en 2011 fue del 5%, y la inflación se mantiene controlada, en un 1,3%. El déficit por cuenta corriente se amplió, reflejando así el aumento en el precio de los carburantes y de la comida y acusando el descenso en remesas enviadas desde el extranjero.