Había muchos que consideraban que el español es el idioma del más bajo prestigio del mercado. Hasta hoy me recuerdo de mi primer año de español cuando he sido el único en clase que escoge este idioma con total voluntad sin ninguna obligación por parte de la institución en que estudiaba mis estudios secundarios. Me recuerdo bien de la frase que me decía mi profesor de español al saberlo: tú si que eres mi amigo. Porque, un poco menos del medio de alumnos de la clase, han tenido que cambiar de lengua trasladándose a otras clases de inglés. Me recuerdo bien también de las opiniones de muchas personas con que me he tropezado durante toda esa etapa de secundaria y de como se reflexionaban ante mi decisión de estudiar el español. Yo, en mi interior me sentía un gran afortunado y orgulloso al ser uno entre muchos, al tener un punto de diferencia, un hispanista debutante, “muy debutante”, a lo mejor no me sonaba entonces como ahora me suena porque no sabía bien los significados de las palabras, pero bien, es como viviendo una aventura entonces.
En estos últimos años, que vuelve la gente a saber cuanto es importante el español. “El español es la cuarta lengua con mayor peso demográfico del mundo, con casi 439 millones de hablantes. Es el idioma oficial de 21 países; y de los lugares donde no lo es, destaca Estados Unidos, donde lo hablan alrededor de 36 millones de personas. Según recientes estudios, el número de hablantes nativos de español seguirá creciendo en las próximas décadas más deprisa que el chino, francés, inglés y ruso (aunque menos que el árabe). Su salud es pues vigorosa, y sin embargo el español debe afrontar distintos desafíos: debe potenciarse su estudio como segunda lengua, reforzarse como herramienta en la diplomacia y en los negocios, crecer en las comunicaciones científicas y consolidarse en la Red.” (Miguel Angel Noceda, "EL País", 05-11-2006).
A mí siempre me preocupaba el hecho de perfeccionamiento de una lengua, perfeccionar el español o sea hablarlo de manera tan fácil, o como se dice en mi país, hablar español tan como beber agua. Siempre siempre me venían en mi mente modelos de hablantes de español de la ciudad de melilla porque están siempre ahí en Nador paseando y hablando en voz baja o fuerte por las calles, me fascinaban cuando hablan y me añaden cada vez mas deseos y aspiraciones de perfeccionar y perfeccionar el español.
Podría decir, tras más de siete años de aprendizaje, que el español es un idioma tan fácil tan difícil a la vez de aprender; me referiría con aprender a perfeccionar.
Reconozco su acción acogedora hacia cualquier persona deseosa de aprenderla, su agilidad y flexibilidad de palabras, pues basta, en la mayoría de los casos, con la primera clase de estudio de pronunciación para leer textos bien inmensos de español y hacerle creer a los que te escuchan que eres un buen estudioso del idioma.
El español, en realidad, es una lengua de todos, fácil, se lee como se escribe, y es ésta, según mi opinión la gran ventaja, que raras lenguas poseen. No sería una exageración, si digiera, sin ningún previo conocimiento de robos, que con una simple concordancia entre pronunciación y letras (únicas o compuestas) en su programa de habla obtuviéramos una perfecta lectura de español. No sé si sienten muchos lo que siento, ese extraño sentimiento de cómo uno llegaría a decir lo que con sus ojos mira para luego atribuir en sus interioridades los significados correspondientes. Bueno, no se preocupa tanto de las complejidades de pronunciación, de léxico, de homónimos, como es el caso de unas lenguas, y se pasa de manera inmediata a la concepción de significados.
No he leído tantos libros de lingüística ni tampoco sé si habrá llegado alguno a decir que uno llega al grado más alto de perfeccionamiento de una lengua escrita y oralmente cuando habla la misma lengua que utiliza al pensar. Nuestros abuelos, siendo unos de nosotros de unas tribus de habla béreber, se esforzaban muchísimo al hablarnos la lengua que nosotros conocemos, en nuestro caso el árabe. Nuestro abuelos no hablaban muy bien el árabe dialecto pero porque nos querían nos hablaban utilizando una lengua que no usan al pensar.
Puede vacilar el porcentaje de uso de una lengua extrajera en nuestras operaciones de pensamiento de unos a otro pero es el grado 100% o sea el uso total de la misma dejando en desuso la lengua nativa el grado mas alto de perfeccionamiento.
Sí es necesario para aprender una lengua ponerse lo posible en su contexto en su entorno. Cuantas tareas hacemos nosotros en un día normal; son muchas, ¿no? Y cuantas de estas mis tareas tienen alguna relación con lo lingüístico o comunicativo. Pues escuchamos radio, vemos los canales de televisión, hablamos con nuestros amigos, escribimos, leemos. Bueno, tal vez no sería posible que uno hará todas esas cosas en un mismo día. La siguiente pregunta que se puede formular es ¿cuales de estas tareas tienen algún lazo con el idioma que aspiramos a perfeccionar? A lo mejor ninguna. ¿Por qué un estudiante de español extranjero que vive en España tiene más oportunidades de aprendizaje eficaz y perfeccionamiento del idioma que otro estudiante de la misma en un país no de habla hispano? Pues porque, vive los mejores casos, vive en un entorno total del idioma que desea aprender.
Los españoles nativos son los más afortunados, se comunican de la manera tan rápida existente, y porque su lengua es tan fácil la manejan cada vez con más habilidad y agilidad porque poseen los más sencillos usos de pronunciación.
Y porque las lenguas se desarrollan debido al uso, se hacen a lo largo del tiempo omisiones, respondiendo a las necesidades de los hablantes que se sienten cada vez atraídos por decir mucho con poco. Estas omisiones, esta rapidez propia del español, ese avanzado hablar tanto como se piensa, ese decir de las letras tanto como se conciben en las pizarras, hace que los debutantes o hasta los buenos estudiosos, en algunos casos, se sientan incapaces de reconocer las palabras ni de llegar a separar los inicios de los fines de las mismas, para comprender luego los significados.
Antes de llegar a creer que se trata de un intento de desminuir algo del prestigio de español, y, no, no es éste mi propósito, espero que muchos de los que leerán mi artículo compartirán conmigo la opinión de que ese misma facilidad y esa dificultad que en gran cantidad posee el español contribuyen en hacerla mas practica, mas popular, mas usada en los diferentes campos de la vida. No se sorprendan al incluir esa leve dificultad, porque se trata de un criterio ventajoso y requerido en “la mundialidad”de un lengua habiendo tantos grados de perfeccionamiento, tantos “decir mucho con poco”.
(21/07/05)