(01/10/2010).- El panorama en los mercados laborales de los países árabes del Mediterráneo (Argelia, Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez y los territorios palestinos ocupados) es, cuanto menos, preocupante. Con 7 millones de parados (casi el 15% de la población activa de la región), las cifras de desempleo son especialmente reveladoras si se tiene en cuenta que la mujer está prácticamente excluida del mercado de trabajo. Sólo una de cada cuatro mujeres trabaja y el 20% de las que lo hacen se encuentra en situación de precariedad laboral.
Los países árabes mediterráneos son “la región el mundo con el mayor desafío laboral”, tal y como señala un estudio de la Comisión General de Asuntos Europeos de la Comisión Europea sobre el mercado del trabajo en estos Estados. Con unas tasas oficiales de participación en el mercado laboral por debajo del 46%, se encuentran muy por debajo de la media mundial, situada en torno al 61.2%.
Para hacer frente al inmenso desafío que supone el mercado laboral en los países árabes del Mediterráneo se deben mejorar los sistemas de elaboración de estadísticas nacionales de cara a un análisis más profundo de la situación, prestar especial atención al sistema educativo y convertir en objetivo político la creación de empleo y de aumento de la productividad. También es fundamental incentivar el empleo femenino así como el cualificado y crear mecanismos para transformar la economía sumergida en parte de la economía real.
Por otra parte, existe una clara disfunción entre sistema educativo y mercado laboral, ya que la tasa de desempleo aumenta cuando más alto es el nivel educativo. Un 9% de los licenciados emigran fuera de sus países, principalmente hacia Estados Unidos y los Estados del Golfo Pérsico. Líbano y Marruecos lideran esta fuga de cerebros con un 35 y un 17 por ciento respectivamente.
Centrándose en la atracción de mano de obra cualificada, cabe establecer un acuerdo comunitario que facilite la inmigración laboral de este colectivo y permita su movilidad dentro de la UE, superando las actuales limitaciones de la Tarjeta Azul para inmigrantes vip. El objetivo, según el informe de la Comisión General de Asuntos Europeos, es que la Unión sea un mercado único, dejando atrás las 27 tarjetas de trabajo diferentes que existen en la actualidad. Sin embargo, se corre el riesgo de que políticas de atracción de empleo cualificado hacia la UE tengan un efecto saqueo que deje tras de sí un panorama yermo. Es por tanto necesario establecerse una Estrategia Euromediterránea de Empleo y Movilidad que cuente con un Fondo de Promoción de Cualificaciones para compensar la fuga de cerebros y la creación de un sistema regional de ofertas de empleo.