Según informa el portal “Hespress”, el Blogger había sido detenido tras la publicación en una de sus secciones de dicho artículo, en el que se critica la política social del rey de Marruecos, Mohamed VI. Una crítica en la que expresa que la caridad del monarca hacia el pueblo marroquí hace que éste se convierta en un pueblo dependiente en lugar de trabajar.
Según la misma fuente, el susodicho ha sido condenado tres días más tarde en un juicio expeditivo sin que pudiera gozar de su derecho a tener la asistencia de un abogado.
Erraji tenía un blog titulado “El mundo de Mohamed Erraji", operativo desde marzo de 2007, en donde se trataban temas esencialmente de índole política y social; y con esta detención se convierte en el primer blogger marroquí en ser perseguido y condenado por la justicia de Marruecos.
Este caso nos lleva a la memoria del suceso del joven informático de 26 años, Fouad Mortada, que fue condenado a tres años de prisión el pasado mes de febrero por falsificar datos informáticos al hacerse pasar por el hermano del rey marroquí, Moulay Rachid, en la red de contactos sociales “Facebook”. Entonces, los familiares del acusado declararon que esta acción se debía a la admiración que sentía hacia el príncipe marroquí. Una polémica que activó la opinión pública de la Red a nivel internacional, incluso con una web en su defensa (www.helpfouad.com), y que dio un toque de atención sobre las medidas desmesuradas aplicadas en Marruecos, respecto al respeto a la familia real. Al final, el internauta fue liberado en marzo tras recibir el “perdón real”, que sin duda estaría influenciado por el revuelo de la opinión pública.
Hay que señalar que los códigos vigentes en Marruecos prohíben íntegramente toda crítica a la dignidad de la monarquía; algo que por ejemplo también sucede en países como España, en donde los medios de comunicación no pueden hablar o informar mal sobre la familia real. Estas leyes pueden ser más o menos criticadas, pero no puede obviarse que existen.
Sin embargo, las medidas y el modo de multar o castigar al que infringe esa norma, nos da un retrato clave de la situación de ese país. Marruecos está pasando por un momento clave, en el que intenta modernizarse en clave económica y política, y por extensión social. Sin embargo, las paradojas y contradicciones vigentes nos revelan un fuerte contraste entre lo que se busca y lo que se va logrando. En este tira y afloja en pro de la modernización, la libertad de expresión sigue siendo una asignatura pendiente en Marruecos.
No han cesado los casos en que periodistas y medios han sido encarcelados o multados (a refrescar la memoria con el caso del periódico “Al Watan” o “Al Masae”) recientemente. Y es que la prensa y la libertad de expresión a veces chocan con otros sectores más conservadores en el país. Un país en el que el simple hecho de condenar a alguien a tres años de cárcel por usar el nombre de una personalidad política (más aún de la familia Real marroquí) en Internet o por hacer un artículo en el que se critica la política social del monarca, es un duro golpe sobre todo para el propio gobierno y la Justicia, tanto de cara a la galería internacional como de cara a su pueblo.
ABE/ PTZ
(09/09/08)