Las calles almerienses se plagaron de manifestantes agricultores y asociaciones agrícolas, como Asaja, COAG, UPA, junto con la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca), la Asociación de Empresas Cosecheras-Exportadoras de productos Hortofrutícolas de Almería (Coexphal) y la Asociación de Empresas Comercializadoras y Alhóndigas (Ecohal).
Todos estos representantes de los agricultores andaluces evidenciaron así su firme "rechazo a la falta de apoyo" por parte del Ministerio español en cuanto a la defensa de los intereses de los agricultores españoles respecto a la negociación entre el país magrebí y la Unión Europea, que será presidida por España precisamente a partir de enero de 2010.
Bajo la pancarta “No más concesiones a terceros países: las frutas y hortalizas no son moneda de cambio”, agricultores, exportadores, cosechadores y empresarios del sector y su industria auxiliar manifestaron así su petición de que el ministerio español cambie su actitud política y posicionamiento respecto a las negociaciones sobre productos agroalimentarios que han adoptado en Bruselas, en el seno de la Unión Europea, para mirar más por la situación de la agricultura española.
El secretario general de COAG, Miguel López, defendió durante su intervención en la protesta que en Europa "debe imperar el concepto de soberanía alimentaria", ya que, según vaticinó, "probablemente suframos una crisis alimentaria y desabastecimiento", por lo que solicitó el amparo de las administraciones públicas al campo español, indica la agencia española Europapress.
Asimismo, el secretario de la UPA, Agustino Rodríguez, señaló a la consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Clara Aguilera, que "tiene que evitar las políticas abusivas, las importaciones ilegales y la ampliación de acuerdos en partidas compartidas con países terceros".
En la misma línea declaró el secretario provincial de Asaja en Almería, Francisco Vargas, que no es los agricultores vayan contra el desarrollo social de ningún país, sino “contra los grandes poderes económicos", ya que, según aseveró, "las grandes cadenas de distribución van a comprar a terceros países donde esclavizan a la mano de obra y donde el producto está a unos precios irrisorios para luego venderlos a precio de oro en los mercados europeos".
(09/10/09)